Los accidentes infantiles durante las vacaciones

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Una nota publicada ayer en este diario aportó datos alarmantes acerca del crecimiento en nuestra zona de los accidentes infantiles en el hogar, como resultado no deseado de la mayor cantidad de tiempo que en estos días de receso escolar pasan muchos menores en el domicilio familiar. El incremento fue señalado por especialistas médicos del Hospital de Niños Sor María Ludovica, que aludieron a un crecimiento de consultas por caídas, golpes y quemaduras en el escenario hogareño.

Según surge de distintos testimonios, quedó en claro que, con sus tiempos de ocio y las largas permanencias de los chicos dentro de la casa, las vacaciones de invierno no sólo exigen a los padres una alta dosis de paciencia y creatividad sino también de atención. Y es que justamente en ésta época del año es cuando se produce la mayor cantidad de accidentes infantiles dentro del hogar. Así lo advirtieron ayer especialistas del Hospital de Niños, donde casi la mitad de los casos que se atienden por esta causa corresponden a varones en edad preescolar.

Los accidentes domésticos o traumas no intencionales aumentan en vacaciones porque es cuando los chicos tienen mayor tiempo de ocio dentro de la casa, explicaron en el Servicio de Emergencias del Hospital al señalar que las caídas, los golpes y las quemaduras constituyen las principales causas de consulta por este tipo de situación.

Cabe señalar que de acuerdo con la estadística que maneja ese Servicio, de los 72.009 pacientes atendidos en la guardia a lo largo de todo el año pasado, 10.124 (el 14.6 %) llegaron por accidentes o traumas, y cerca del 45 por ciento de ellos fueron varones de hasta cuatro años de edad.

La jefa de Emergencias detalló que las causas frecuentes que originan esas lesiones se relacionan, en primer lugar, con las caídas; y en segundo lugar, por el golpe de de objetos, como electrodomésticos, o lesiones causadas por impactos contra una pared o mueble sobre el cuerpo del menor.

Como se ha advertido en oportunidades anteriores, el casi único remedio contra los accidentes es la prevención. Una actitud de cuidado y cautela, especialmente en el comportamiento de los niños y en el funcionamiento hogareño es, sin dudas, el mejor antídoto contra esta amenaza. De hecho, casi no existe un tipo de accidente que no pueda ser prevenido. Esto es aún más cierto en el ámbito hogareño, conformado por objetos y elementos que normalmente deben encontrarse bajo el control de sus habitantes.

Cabría recordar que existe desde hace tiempo un manual elaborado por la Sociedad Argentina de Pediatría, destinado a identificar los posibles tipos de accidentes domésticos y a concientizar a los adultos acerca de los peligros existentes y la mejor forma de prevenirlos.

En este contexto, aquí se ha instado reiteradamente a que la escuela incorpore, desde los jardines de infantes, actividades y ejercicios dirigidos a que los niños internalicen conductas de cautela y precaución frente a cada uno de los peligros de la vida cotidiana.

Estas medidas, incorporadas a campañas intensivas que incluyan la sugerencia de adoptar precauciones mínimas y, eventualmente, la forma de enfrentar y superar emergencias, sin duda contribuiría a reducir sustancialmente la posibilidad de que se presenten estos peligrosos y muchas veces trágicos accidentes, en el lugar en donde la gente se siente más segura y, por eso mismo, suele encontrarse más desprotegida.

 

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