La Unión Europea y las sogas que nos atan al muelle
Edición Impresa | 27 de Julio de 2019 | 03:21

Julio Barrabino
Sec.Gral. de la Tesorería bonaerense
Decían los antiguos “no puede desearse aquello que no se conoce”. Qué es esto del acuerdo de libre comercio con la Unión Europea? O, mejor aún, qué es exactamente la Unión Europea? Se trata de una comunidad política con 28 países miembros, con el propósito de integrar las economías, desarrollar una política exterior común y cooperar en políticas generales como justicia y seguridad. La historia de esta Unión, no exenta de dificultades, ha colaborado sin dudas a la paz de esa región, del mundo entero y a su desarrollo económico.
Una característica de esta Unión, es su apertura a países “extra zona”, la UE tiene acuerdos de libre comercio con 35 países de variado perfil socio-económico, como Japón y Argelia. La Comunidad Europea ha celebrado acuerdos aún en etapa de implementación, con otras 29 naciones, entre las cuales se encuentra el Mercosur. Y aquí, en este grupo, no sólo esta Argentina y sus vecinos, sino naciones del África como Costa de Marfil, Camerún, Mozambique y Sudáfrica. Hay que obviar las críticas intencionadas, con fines electoralistas y poner el foco en que el acuerdo con la UE, pone al país y a nuestra provincia de cara al mundo. El mercado potencial es enorme. Debemos aprovechar las ventajas competitivas y demoler para siempre los falsos paradigmas que nos hundieron en la miseria sistemática y circular.
Desarrollar pymes con capacidad exportadora, que agreguen valor a la producción primaria, generará muchísimo empleo. Debemos prepararnos para hacer una “verdadera revolución productiva” y debemos empezar ya. Es una cuestión de Estado, abandonar el atraso y abrazar el futuro. Empleo, desarrollo y bienestar, están a la mano en un tiempo no muy lejano. Debemos empezar a dar pasos firmes para aprovechar los vientos que nos lleven a buen puerto lo antes posible. Si mantenemos el sistema de valores, creencias y dogmas del pasado, solo nos espera... repetir el pasado.
Miles de puestos de trabajo se pueden crear. Tenemos la inteligencia y los recursos. La política debe poner el foco en la Producción.
Planificar, articular, facilitar, desregular, estimular, desburocratizar, financiar, incubar, priorizar... Producción es trabajo. Hay que consensuar un plan productivo, voluntad sin trabajo es frustración. Plan sin acción, es fracaso. Se deberán invertir fondos asignando recursos en el presupuesto para ser aplicados a estos fines. Sin fondos para ayudar a producir la transformación, la cartera de producción puede verse como un gasto prescindible. La burocracia es pesada, hace falta músculo y cabeza para moverla.
Capacitación para la Producción desde la escuela primaria, reforma y flexibilización laboral profunda, blanqueo definitivo de todo el que trabaje. Todo trabajador en blanco, aportando al sistema previsional y de salud. Sindicalización acotada y optativa. Disminución de costos laborales, aumento de la base de aportantes. Creación de Zonas Francas Productivas, para sectores con claro destino exportador como medicamentos, autopartes, manufactura, procesamiento y conserva de alimentos, tecnología, software, energía renovable, entre otras. En Minería, Arcilla, Tosca, Arena, Piedra, controlar la explotación de las áreas disponibles, Subsidio de tasas para proyectos productivos nuevos. Gestión de fondos internacionales de fomento existentes para estos fines. Crédito fiscal por cada peso invertido en nuevos empleos, Hoy se puede tomar crédito fiscal en el IVA por la compra de una máquina que ahorra puestos de trabajo, pero cada trabajo que agregamos, nos genera más IVA a pagar.
Conformar alianzas regionales para el desarrollo local, Universidades, entidades empresarias y Municipios, que el FOGABA garantice alquileres de galpones e inmuebles para actividades productivas y comerciales. Que se financien Start Ups de Pymes a tasa subsidiada, para el fortalecimiento de áreas productivas que se consideren fuertemente contributivas al empleo, la tecnología y con potencial exportador agroindustrial o de turismo receptivo. Hay tanto por hacer, que el listado es interminable. Hacen falta ideas claras y mucha, mucha gestión.
Para atravesar esta puerta al futuro, al crecimiento, al empleo y al bienestar, debemos enterrar viejos paradigmas que nos abulonan a la pobreza más increíble del planeta, porque tenemos los medios y no los usamos, tenemos la inteligencia pero no la aplicamos. Este gobierno, estoy convencido, está claramente orientado a atender las necesidades más urgentes y dolorosas. De cara a la gente, casa por casa, barrio por barrio. Tendrá que superarse y empezar la difícil tarea de cambiar planes por puestos de trabajo. No será fácil, pero es imprescindible. Habrá que adoptar medidas que modifiquen leyes del trabajo e impositivas, de no hacerse así, sólo trabajaremos en bajar la fiebre y alimentaremos la infección.
Empresas y trabajadores, quieren que se facilite el acceso al trabajo. Los sindicatos quieren mantener el status quo. El bienestar y el progreso no son derechos adquiridos, se conquistan trabajando.
La forma de pensar, la falta de valores, las “conquistas sociales de pocos”, la falta de fe, son las sogas que nos atan al muelle, impidiendo lanzarnos a la maravillosa aventura de emprender un viaje sin retorno a un mundo más justo y próspero.
“Debemos prepararnos para hacer una verdadera revolución productiva y debemos empezar ya”
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