El realismo mágico del Conurbano
Edición Impresa | 7 de Julio de 2019 | 10:52

En “Una nena muy blanca”, Mariana Komiseroff (Buenos Aires, 1984) construye una historia familiar enclavada en el conurbano bonaerense y atravesada por situaciones de violencia que ponen en escena el cuerpo de la mujer frente al abuso, el aborto y la maternidad como un destino de condena.
La novela, editada por Emecé, aborda la vida de una madre y sus dos hijas, Ely y Jésica, que se han quedado solas luego de la muerte del padre y el abandono del hogar de la hermana mayor, por motivos que se irán develando a lo largo de la trama.
Una historia intensa que desde el primer momento abre incógnitas que serán el señuelo para que el lector se apegue al relato que, pese a la carga de violencia, tiene la virtud de generar humor a través de un lenguaje coloquial que reproduce el trato despectivo que domina la escena familiar y los dichos de una madre que reniega de ser el sostén económico de sus hijas.
Autora de la novela “De este lado del charco” y directora de la compañía de teatro independiente Les Cocó Shaneth, Komiseroff sostiene que sus historias “son tragedias familiares que funcionan como bombas de tiempo a punto de explotar ante el menor movimiento”.
A la hora de profundizar en la materia de su escritura, la propia autora cuenta: “cuando escribí mi primera novela me di cuenta de que aparecían situaciones completamente ajenas o desconocidas para un montón de personas y que para mí eran cotidianas. Fui a la escuela en turno vespertino porque quedé embarazada y tuve un hijo a los 15 años, y en esa escuela pública del conurbano me hice muy amiga de dos chicas -a las que les dedico el libro- y para quienes nuestras vidas eran como pequeñas tragedias griegas: había secretos y cosas ocultas que no terminábamos de entender. En nuestros relatos aparecían tragedias familiares que funcionaban como bombas de tiempo a punto de explotar ante el menor movimiento”.
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