“Gente feliz”: Muscari y su clan dirimen sus temitas en La Plata
Edición Impresa | 31 de Agosto de 2019 | 02:29

María Virginia Bruno
vbruno@eldia.com
Después de una exitosa residencia en la calle Corrientes, “Gente feliz”, escrita y dirigida por José María Muscari, guardó todos sus petates en un trailer y comenzó a girar por diferentes escenarios del país. Y en este periplo, que tiene a bordo a una familia cuyos integrantes ponen en cuestión las miradas y necesidades de cada uno de sus integrantes según vayan dictando sus edades, la mudadora se detendrá esta noche en La Plata y abrirá las puertas de una casa que promete calar hondo en los espectadores.
Porque para Muscari, talentoso autor, actor y director, a la gente no sólo le gusta ir al teatro para entretenerse sino, además, para verse reflejado en la historia que arriba de las tablas se cuenta. “El público quiere sentirse identificado”, dice, en diálogo con EL DIA.
Y las posibilidades de lograrlo en este, su último espectáculo, son múltiples porque, en escena, delineó finamente a una familia de cuatro generaciones escalonadas, que empieza con la de ochenta (Pepe Novoa y María Leal, los únicos que realizan una composición de esas edades), sigue con la de sesenta (Patricia Palmer y Manuel Vicente), luego con la de cuarenta (Cecilia Dopazo y Mariano Torre) y que termina con la de veinte (Laura Esquivel y Gastón Soffritti).
“Lo que busqué fue poner el crisol en la mirada de diferentes generaciones sobre temas diversos como el sexo, el dinero, el amor y la salud”, explica el autor sobre el motor que originó el nacimiento de esta pieza, que se ofrecerá esta noche en La Nonna, y con la que también se propuso “hablar de nuestra idiosincrasia, como argentinos”.
Para el arriesgado artista, “los argentinos somos bastante utópicos: a veces queremos ser más felices de lo que se puede” y la felicidad, para él, no es permanente. Es esporádica, fugaz. Es de a ratos, momentánea.
El hecho de vivir en el país más psicoanalizado del mundo, según estadísticas, no nos convierte, según Muscari, en un país infeliz. “A mí me gusta ser argentino y pertenecer a la clase psicoanalizada. Creo que hacer terapia hace tantos años me ha ayudado a ser esta persona y este artista que soy”, revela Muscari que se confiesa feliz o, mejor, como un incansable buscador de felicidad.
¿Y por qué a veces nos cuesta tanto alcanzarla? “Porque vivimos en un país que está muy atravesado por crisis de diferente índole, casi siempre económica, pero de otras también, más sociales, conceptuales y eso nos afecta como personas”, analiza.
Aún así, Muscari, su obra y su marca, es un éxito prolongado, con propuestas arriesgadas que gustan y que le piden más. De hecho, en paralelo, tiene en cartelera el exitoso “SEX”, que ha colocado ya setenta cartelitos sold out y para el que conseguir entradas es toda una odisea.
Ávido lector de deseos del público, Muscari, elogiado por haber hecho funcionar elencos imposibles, sigue imprimiendo su sello puntual en espectáculos que hace rato dejaron el under para protagonizar la plaza más importante de la Ciudad de Buenos Aires. Y su nombre, además, es uno de los pocos (¿o el único?) autores nacionales que brillan en las marquesinas comerciales porteñas.
“Me siento un beneficiado de estrenar en la calle Corrientes, en un momento en que la las propuestas que ahí se muestran buscan reproducir el éxito comprado de otros países”, reflexiona, agradecido “por haber nacido en este país, especialmente en Buenos Aires, en donde el teatro ocupa un lugar tan fundamental, y donde pude desarrollarme”.
En medio de este presente particular, donde el teatro no escapa a la situación generalizada, tener en funcionamiento un espectáculo con ocho artistas en escena es todo un riesgo. Sin embargo, el autor trata de no pensar en la crisis, porque eso lo inactiva, dice, y se permite lanzarse sin ataduras a la aventura.
“Mi pequeño aporte a esta crisis es seguir haciendo lo que se hacer: generar espectáculos, juntar gente, juntar voluntades y avanzar con todo para adelante”, cierra.
DOPAZO, EN SU TERCER MUSCARI
Precisamente, esta capacidad de amalgamar elencos es lo que, años atrás, sedujo a la reconocida actriz Cecilia Dopazo del universo Muscari, en el que se desempeña desde hace varias temporadas, y con el que marcó su regreso a la actuación tras varios años alejada del medio.
“Además de su entusiasmo, de su flujo de energía y de su capacidad de trabajo particular y contagiosa, lo que más rescato de él son los grupos de gente que armó en los tres proyectos que estuve yo”, reconoce Dopazo, en diálogo con EL DIA. Para ella, “la calidad humana es todo”, tanto en la vida personal como en lo profesional.
“Para mí el trabajo tiene que ser un lugar de placer, goce, juego y entrega, entonces, eso únicamente puede salir bien si uno está rodeado de buena gente”, admite la intérprete que, con Muscari, fue parte de “Ocho mujeres” (2011) y “Falladas” (2016), dos proyectos caracterizados por elencos múltiples y completamente femeninos.
Por eso, “Gente feliz” es se presentó como un desafío al enfrentarla al primer elenco mixto en su travesía Muscari, el que, sin embargo, ha sorteado con éxito. “Son todos compañeros hermosos, actores muy populares, queridos”, dice la actriz que en los 80 apareció en la tevé con “Clave de sol” y que se consagró en cine en los 90 con “Caballos salvajes”.
En la obra, Dopazo le pone el cuerpo a un personaje contemporáneo al que aborda, un poco, desde el disparate.
Cuarentona, su criatura enfrenta una crisis de mediana edad, que “no se siente cómoda en el lugar en el que está en su momento en la vida” y que busca, de pronto, “qué puede hacer para sentirse mejor”.
Con las inseguridades propias de la edad, una hija adolescente y una madre conflictuada, este personaje le regala a Dopazo un terreno interesante para explorar. “Está como un poco corrida de la realidad, es un poco fashion victim, un poco medio desubicada sobre como está vestida, excesivamente sexy muchas veces”, cuenta, sobre su personaje, que tiene “algo medio disparatado, que me pareció gracioso para explotar”.
Y a pesar de que la mujer a la que le toca ponerle el cuerpo “esté un poco loca”, algo que se extiende al resto del clan, Dopazo destaca que “por debajo hay una base de amor, y de sostén, una intención de seguir estando juntos, unidos, y de ser familia. Por más peripecias, conflictos y agresiones, por debajo hay amor”. Quizás, los momentos de felicidad de esta “Gente feliz”.
Para Cecilia, “la ausencia de angustia, de culpa, es ya un factor de felicidad”, momentos en los que se siente conectada con el presente, disfrutando. “Casualmente, tiene que ver con situaciones en las que no estoy ni anticipada pensando en qué va a venir ni preocupada por algo que pasó. Estoy ahí, en el momento, y eso en general hace que sea feliz”.
• Qué: “Gente feliz”
• De y por: José María Muscari
• Con: Pepe Novoa, María Leal, Patricia Palmer, Manuel Vicente, Cecilia Dopazo, Mariano Torre, Laura Esquivel y Gastón Soffritti
• Cuándo: Hoy, a las 21
• Dónde: La Nonna, 3 y 47
“Los argentinos somos bastante utópicos: a veces queremos ser más felices de lo que se puede”
José María Muscari, autor, director
“Por más peripecias, conflictos y agresiones que haya, por debajo hay una base de amor, y una intención de seguir estando juntos, unidos, y de ser familia”
Cecilia Dopazo, actriz
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