La nueva Toronto

Entre la mezcla total de culturas y la barbacoa ¡a morir!

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Toronto es una ciudad que no mucha gente conoce, pero que realmente vale la pena ver. Hay un barrio chino, una “little Italy”, una zona griega, la “little India” y una “Korea Town”. Los habitantes de Toronto vienen de cualquier país del mundo. La ciudad, que es capital de la provincia de Ontario y tiene 2,7 millones de habitantes, tiene un ritmo increíble, que hace que los barrios de moda vayan rotando de un lado al otro de la ciudad. Aquí, un pantallazo:

LA HERENCIA VICTORIANA EN EL DISTILLERY DISTRICT

Hace casi 200 años Toronto aún se llamaba York y sólo tenía algunos centenares de habitantes. En 1834 pasó a llamarse como ahora para diferenciarse mejor de Nueva York. El distrito Distillery es un buen ejemplo de cómo era York: no pasaba gran cosa.

La vida llegó al barrio en 1837, cuando abrieron Gooderham y Worts Distillery. Fueron los ingleses los que escogieron este sitio a la orilla del lago Ontario para fabricar licor. Hoy en día la zona es conocida por su arquitectura industrial de la época victoriana en América del Norte, y está por cierto muy bien conservada.

No siempre estuvo en tan buenas condiciones. Las construcciones estuvieron más bien derrumbándose durante años y servían como plató de cine hasta que, por fin, aparecieron inversores que se propusieron volver a llenar de vida esos 47 edificios de antiguas destilerías. El barrio de la Mill Street, delimitado por la Parliament y la Cherry Street, fue inaugurado en 2003.

Es más, actualmente se ha vuelto a fabricar licor. La diferencia es que ya no se destilan ni whiskey ni vodka, sino sake. También hay una fábrica de cerveza, por supuesto, y una serie de boutiques, galerías y “eateries” que se han afincado en la zona.

LESLIEVILLE: BARBACOA EN LA GASOLINERA

Este barrio en el este de Toronto tiene mucha vida y cambia constantemente. El canadiense Judson Flum decidió abrir un local en el que se puede cargar gasolina y comer una buena barbacoa, sean trozos ahumados o un famoso “pulled pork” con patatas fritas, una buena salsa y queso.

Los cafés y restaurantes del barrio también suelen estar repletos de gente de todas las edades. Los departamentos que se construyen por todas partes suelen estar ocupados por creativos o familias jóvenes, mientras que las personas mayores se agrupan más bien en la Queen Street East, donde pueden tener su jardincito, ¡en plena ciudad!

Liberty Village: sensación de libertad

Este sí que es un barrio totalmente distinto. Aquí solía estar la mayor prisión de la ciudad y un “correctivo” de mujeres. Al salir, claro que los prisioneros sentían una sensación de libertad. Eso fue lo que le dio el nombre al barrio, que se encuentra en al zona oeste, detrás del estadio. Los hipsters, los recién graduados de la universidad y los creativos suelen elegir los apartamentos de este barrio, rodeados de verde.

La zona estuvo totalmente abandonada después de que la mayor parte de las empresas cerraran en los años 80. Con el nuevo milenio comenzó a resurgir y ahora cuenta con muy buena infraestructura. Hay buenos restaurantes, pubs, parques y boutiques.

GALERÍAS DE ARTE Y ARTE CALLEJERO EN QUEEN STREET WEST

La revista “Vogue” afirmó que la Queen Street, en la zona oeste de la ciudad, entre Bathurst y Gladstone Street, era el segundo barrio más “cool” del mundo. Seguramente se debe a la gran cantidad de galerías de arte, boutiques, estudios de diseño, y a sus bares y restaurantes de gran personalidad. Además, si uno visita Toronto, no puede dejar de pasar por una de sus calles más pintorescas: la Rush Lane, también conocida como Graffiti Alley. Sus paredes están repletas de arte.

KENSINGTON MARKET: BOHEMIO Y MULTICULTURAL

El mercado de Kensington, ubicado entre la avenida Spadina y Dundas y las calles Bathurst y College, es como una mini-Toronto dentro de Toronto. Los canadienses lo llaman “Bohemian”. Su carácter está marcado por la multiplicidad de casitas de todos los colores.

No hay tiendas muy grandes, tampoco hay sitios de diseño súper llamativos. Todo resulta bastante tranquilo, y uno se topa tanto con jubilados como con sus nietos. Eso sí: la oferta culinaria es bastante amplia, porque es un barrio en el que bullen las más diversas nacionalidades.

 

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