El temor a un frenazo en la economía del gigante asiático

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PEKÍN

AFP

La epidemia de coronavirus, que ha generado drásticas restricciones de tráfico, una parálisis del turismo y la caída del consumo, amenaza con agravar la ralentización de una economía china ya fragilizada, tal como ocurriera con el trauma del SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) en 2003. Para frenar el virus, Pekín adoptó medidas de confinamiento sin precedentes, lo que puede ser devastador para la actividad económica.

Y, para restringir la afluencia a los transportes en plenas festividades del Año Nuevo chino, el Gobierno suspendió los viajes organizados en China y al extranjero, un duro golpe para el turismo, peso pesado de la economía con 11 por ciento del PIB en 2018. Trip.com, el gigante chino de las reservas de viajes en línea, y que desea salir a bolsa en Hong Kong, vio cómo su acción caía en Wall Street un 18% en cuatro sesiones.

Las repercusiones podrían llegar a otros lugares de Asia, desde Japón a Tailandia, donde los gastos de los turistas chinos son un motor económico crucial.

El consumo podría además hundirse: un clima de pánico impulsa a los chinos a permanecer encerrados en sus casas, lejos de centros comerciales o restaurantes, generalmente llenos en las festividades del Año Nuevo.

Los gastos de consumo, especialmente en transporte y diversión, han caído un 10 por ciento y el crecimiento del PIB de China podría quedar mermado en alrededor de 1,2 puntos, según la agencia Standard & Poor’s.

Ello agravará la ralentización económica: el crecimiento chino registró el año pasado su peor desempeño en 30 años (+6,1 por ciento), y Pekín contaba precisamente sobre el consumo para resistir a esta tendencia.

 

 

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