Advierten que el hongo que mató a un turista en Córdoba también crece en La Plata

Se trata del Amanita Phalloides, que se encuentra en la Ciudad asociado a algunos tipos de robles, hayas y abedules

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Iván Tarasconi era un amante de la comida vegana. Su pasión era cocinar. Docente de la Universidad Nacional de Río Cuarto (ciudad donde vivía), Tarasconi murió ayer tras ingerir hongos venenosos que había recolectado durante sus vacaciones en Calamuchita. El hongo que le produjo la muerte, el Amanita Phalloides, también crece en La Plata y se puede encontrar asociado a raíces de robles, hayas o abedules en lugares como el Bosque u otros parques públicos y propiedades privadas.

Aunque esa presencia en la Ciudad es poco frecuente y suele ser más común en el otoño, en el invierno o en veranos particularmente húmedos, alcanza para que los especialistas desaconsejen siempre la recolección de hongos silvestres para comer. Sucede que los Amanita Phalloides, llamados también “hongos de la muerte” por su alta letalidad, son muy similares a los champiñones y las diferencias no son fácilmente perceptibles a los ojos del lego.

El hongo que provocó la muerte del turista cordobés es mortal en un 95%. Y es considerado uno de los más venenosos en el país.

Tarasconi, de 36 años de edad, ingirió hongos de la especie mencionada que recolectó en las sierras de Córdoba y le produjeron “una insuficiencia hepática fulminante”, precisaron los médicos.

La víctima se encontraba internada con un panorama muy complicado desde el viernes pasado, aunque el consumo de hongos fue dos días antes, y ayer se informó de su deceso.

A partir del caso, los médicos que lo atendieron salieron a alertar sobre la gravedad del consumo de Amanita Phalloides al que calificaron como “uno de los hongos más venenosos que existen”.

Si bien provoca un daño generalizado en el cuerpo, las toxinas de este hongo atacan de manera particular al hígado y eso causa la muerte, explicó Carlos Urcelay, biólogo profesor de la UNC e investigador del CONICET especializado en hongos.

Urcelay aclaró además que el Amanita Phalloides es un hongo que en Córdoba solamente crece junto a los pinos y robles, ya que sus raíces se asocian, y por eso es común hallarlo en varios sectores de la zona serrana.

Por ello, buscan que lo ocurrido se difunda para alertar a otras personas a no realizar estas acciones, que son de sumo peligro, sin la supervisión de un experto que identifique cuáles hongos son comestibles y cuáles no.

El biólogo añadió que “el daño en el cuerpo depende de la cantidad de hongo consumida”.

En este caso, al parecer el hombre consumió una cantidad considerable el pasado 22 de enero, lo que explicaba su complicado cuadro de salud.

Tarasconi estaba de vacaciones en Santa Rosa de Calamuchita, donde decidió recolectar hongos silvestres, entre ellos, los venenosos que finalmente terminarían con su vida.

El último miércoles el turista fue al hospital de Santa Rosa con un cuadro de gastroenteritis, con diarrea y vómito.

Si bien los profesionales le recomendaron quedarse en observación, Tarasconi no aceptó y se fue a Río Cuarto, desde donde el viernes llegó al Sanatorio Allende de la ciudad de Córdoba sufriendo un fallo hepático.

Tarasconi habría comido una cantidad considerable del hongo venenoso, cuando los toxicólogos afirman que 50 gramos alcanzan para provocarle la muerte a una persona adulta.

 

Características
El Amanita Phalloide puede tener una altura de 15 centímetros y una fructificación frágil. Se encuentra asociado a redes de robles, hayas y abedules en La Plata, pero para que fructifique se tienen que dar determinadas condiciones de temperatura y humedad. Su presencia como fructificación es poco frecuente y en la mayoría de los casos se registra en otoño, en invierno y en veranos muy húmedos.

 

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