Vacaciones: ¿cuántos días se necesitan para desconectar?

El ansiado y merecido descanso puede durar menos de una semana o más de un mes. Todo depende de cómo sea la relación de cada uno con el trabajo

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Llega esta época del año y la mayoría está haciendo la cuenta regresiva que lo liberará del trabajo para depositarlo en las ansiadas vacaciones. Algunos con suerte ya estarán disfrutando de sus días de merecido descanso tras un largo periodo laboral. Sin embargo, siempre nos surge la duda sobre cuántos días se necesitan realmente para descansar.

Los especialistas indican que todo el mundo debería alcanzar un estado de desconexión total para olvidase por completo del trabajo, las preocupaciones del día a día o cualquier problema. Pero no existe ninguna base científica para definir los días concretos de vacaciones.

“Los días mínimos de vacaciones son relativos. En realidad, este periodo de descanso surgió con el capitalismo porque los empresarios se dieron cuenta que los trabajadores producían más y mejor si tenían jornadas de ocio”, explica el licenciado y profesor en psicología Sebastián Navarro Fuentes (MP 54.292).

Para este profesional, las vacaciones tienen que ver con el descanso pero también dependen del trabajo que cada uno tenga y cómo se relacione con esas tareas que realiza. “Si me dedico a algo que me gusta y disfruto, seguramente con una semana de descanso sea suficiente para recargar energía. Ahora, cuando el trabajo es muy estresante y sacrificado ya además no hay un desarrollo personal en la actividad o el sueldo es malo, como los docentes por ejemplo, la sensación es que ni con 40 días libres se logra recuperarse”, analiza Navarro Fuentes.

Y es que según los expertos, las vacaciones se sienten como un premio que el trabajador o estudiante se gana por sus logros. Si no hay un descanso pago no se siente ningún beneficio por el esfuerzo realizado y a largo plazo repercute de forma negativa en las empresas.

“Son varias las variables de cómo se relaciona la gente en el trabajo, las gratificaciones que da ese empleo y cómo se gestionan los compromisos laborales, que de por sí son ordenadores para la mayoría”, destaca el psicólogo.

“Quienes disfrutan de sus actividades laborales, a los 10 días de vacaciones ya quieren regresar y quizás con dos semanas tengan un descanso más que suficiente. A veces, muchos prefieren tomarse de a tres o cuatro días durante el año. Sobre todo las personas que tiene comercio o están a cargo de su propia empresa o tienen altos cargos, porque quedan pendientes de qué es lo que sucede cuando ellos no están. Para este tipo de casos, es necesario dejar organizadas las cosas lo más posible así se cumple con la desconexión”, indica.

En cuanto a quienes no logran relajarse durante sus vacaciones y se quedan pensando en la oficina o siguen trabajando desde el lugar de descanso, Navarro Fuentes entiende que se trata de una relación especial “entre lo que el trabajo les da a nivel de realización personal frente a las satisfacciones que tienen de otras actividades y/o vínculos”.

Por otro lado, algunos consideran que tres semanas de vacaciones serían adecuadas para relajarse realmente, y lo asocian con el tiempo en que se tarda en adaptarse a los nuevos ritmos.

Según esta vertiente, durante los primeros días se afronta una etapa de incredulidad, en donde cuesta creer que se está de vacaciones ya que es posible que haya alguna conexión con el trabajo: una llamada, un mensaje o algo que quedó olvidado. Son situaciones comunes que se deben evitar.

Después de unos días, los biorritmos se van adaptando a la nueva situación. Nadie se negará a unos días de playa, a tomar un vermú, dormir una siesta, un paseo por la naturaleza o una cena en un lugar único.

Eso sí, la desconexión sólo es posible si se pone voluntad para hacerlo. Es más, algunos se entristecen cuando se avecina la fecha de regreso al trabajo.

Sin embargo, tener tres semanas de vacaciones es considerado mucho para algunos. Entienden que cuando se toman tantos días se suman jornadas extra indirectamente. La explicación que se da es que durante la semana anterior ya se desconecta y se está muy pendiente de la planificación de los viajes; algo similar sucede al regreso, porque durante los días siguientes al retorno, todavía se continúa con la cabeza en otro lado. Se estima que esa semana posterior se toma todo con mucha calma y la adaptación a la rutina se hace de manera muy progresiva.

Sea cual sea la necesidad de descanso de cada uno y la relación con el trabajo que se tenga, las vacaciones son necesarias. No importa si se hace un viaje, se visita a un familiar o simplemente se disfruta del sillón de la casa. Hay que dejarse llevar por el relax aunque sea unos días.

No existe ninguna base científica para definir los días de vacaciones que hay que tomarse

 

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