Tenía un perfil social y estaba "angustiado por la situación actual de los médicos"

Jorge Benítez era un médico generalista que llevaba una década trabajando en el Centro de Atención Primaria Número 42. Pero, en paralelo, lo hizo en otros hospitales bonaerenses. Sus compañeros lo definieron como un gran profesional y mejor persona.

"Cuando alguien se muere siempre siempre lo definen como un gran tipo y todas cosas lindas. En su caso nada es una exageración: lo era y mucho más", relató vía telefónica a este medio uno de sus amigos, minutos después de enterarse de la noticia.

Otro compañero reconoció que en los últimos meses la situación lo tenía angustiado por todo lo que están viviendo los médicos en plena pandemia. Hoy por hoy es el móvil más fuerte que tiene su familia para entender la drástica decisión.

"Era un médico egresado de la facultad de Medicina de la UNLP con perfil social, atendía de manera privada pero nunca le importó hacer dinero, no era su perfil. Estaba siempre dispuesto a dar una mano", lo definió.

Había nacido en Venezuela pero de muy chico se radicó con su padre (también Jorge) en la zona de 20 y 50. Allí compartían una casa; el vivía en la parte superior, junto a su perro.

Tenía una hermana, Gabriela, también nacida en Venezuela, dos sobrinos y estaba de novio con Belén, a quien conoció hace poco más de un año.

"Lo ví hace unos días y estaba feliz porque había recibido un trabajo en el hospital de Romero. Ya nos había comunicado que se iba y el jueves se lo iba a decir a sus compañeros de trabajo. No puedo entender qué pasó", contó una fuente municipal al ser consultada por EL DIA, que también reconoció sus virtudes profesionales y humanas.

Era un amante de los deportes acuáticos. Hace unos meses se había comprado una lancha para seguir yendo al Río de La Plata para practicar. "Era sano, recontra sano", aseguró un amigo que lo conocía desde que ambos eran chicos.

Futbolero, hincha de Gimnasia y muy compañero de su papá, de quien se aferró mucho luego de la pérdida de su madre. Hoy, amigos, familiares y compañeros de trabajo no encuentran consuelo ante tanto dolor.