Zonas con nombre propio: La Loma, Norte y Parque San Martín

Adquirieron nombre propio a partir de puntos geográficos o de referencia sobre los lugares en los que se encuentran ubicados, tanto dentro como en el límite del casco urbano de la Ciudad

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Los espacios verdes siempre han sido cotizados en cualquier urbanización. Tanto es así que muchos barrios se han apropiado de su identidad, estableciéndose a su alrededor, y tomando su nombre como referencia.

Este es el caso, por ejemplo, del barrio Parque San Martín, como popularmente los vecinos siguen llamando a este predio natural que, en realidad, se llama Juan Vucetich, y que se extiende entre las calles 50 a 54 y 23 a 27.

Este predio ha sido, en sus diferentes etapas, de significativa importancia en el latido de un vecindario comprometido con “su” espacio verde.

Inaugurado en la época fundacional, hasta 1901 su nombre fue Plaza de Armas. Pero ese año, mediante una ordenanza, se cambió la denominación por parque San Martín. En 1917, debido a que se llamaba del mismo modo la plaza de la Legislatura, se lo bautizó como Bartolomé Mitre. Ese nombre, no obstante, no le duró mucho, porque en 1926 fue sustituido por el actual, Juan Vucetich. Pese a las distintas modificaciones, los vecinos insisten en llamarlo como al Libertador de América.

El Parque fue motivo de algunas polémicas históricas vinculadas a los cambios urbanísticos de la Ciudad. Algunos antiguos vecinos recuerdan, por caso, una controversia surgida en 1965, cuando un proyecto proponía abrir las calles 24 y 26 y así “pasar por encima” de algunos ya por ese entonces tradicionales senderos y hasta interrumpir en las actividades educativas del “jardincito”, como siempre se lo llamó al establecimiento de enseñanza ubicado dentro del predio. La férrea defensa de los frentistas que rodeaban al parque y las manifestaciones promovidas también por la comunidad educativa del jardín de infantes para evitar que se altere el diseño original del parque frenaron, finalmente, la modificación de las trazas.

En este parque, el barrio tiene la planta de agua de Absa y varias canchas de deportes. También hay un centro cultural, playones deportivos, bicisendas, circuitos aeróbicos y canchas de bochas. Además, no falta el tradicional sector de juegos para niños. Es, sin dudas, el corazón del barrio.

Algo parecido ocurre con el parque Saavedra, la aguja que marca el pulso de la barriada construida alrededor del pulmón que se extiende entre las calles 12, 14, 64 y 68 y que lleva su nombre.

Inaugurado poco tiempo después de la fundación de la Ciudad, este parque conserva parte de una historia rica que combina crecimiento urbano con respeto por lo verde.

A lo largo de los años, ha recibido un fuerte apoyo de los vecinos. Fueron ellos quienes a poco de haberse constituido el predio, hacia 1898, comenzaron a ornamentarlo y los sauces y aromos, por caso, que aún hoy se conservan, fueron plantados por los antiguos frentistas del espacio verde. También a aquellos primeros habitantes del barrio se les debe el arreglo y mantenimiento de los senderos.

OTROS BARRIOS

Aunque no es un pulmón verde, el Cementerio es una edificación difícil de ignorar por lo que, desde su inauguración fundacional -enero de 1887- ha sido testigo de la consolidación de una barriada que se extiende alrededor del predio ubicado entre las calles 131, 135, 137, 72, 74 y 76.

El barrio La Loma fue identificado de esa manera por el espacio geográfico en el que se fue desarrollando -sobre una loma-; y Barrio Norte se llama así porque, tal cual lo indica su nombre, está consolidado al norte del casco urbano.

 

 

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