El fallo de la Corte y un guiño a la posición del Gobierno

Mariano Sspezzapria

El fallo mayoritario de la Corte Suprema tiene a priori dos lecturas. La más superficial e inmediata, indica que los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi se mantendrán en sus cargos de la Cámara Federal hasta tanto se designe a sus reemplazantes y que no serán revisadas las decisiones que adoptaron en esa función. La mirada de fondo, en cambio, ratifica que los traslados de los magistrados de un tribunal a otro, nunca pueden ser considerados definitivos.

Por ende, el fallo de los jueces Ricardo Lorenzetti, Horacio Rosatti y Carlos Maqueda –al que adhirió Elena Highton de Nolasco- le dio la razón a los integrantes oficialistas del Consejo de la Magistratura y el Senado, que objetaron la validez de los traslados de Bruglia y Bertuzzi, realizados durante el Gobierno de Mauricio Macri, para cubrir vacantes en un tribunal que tiene un alto nivel de influencia en las causas en las que se investigan hechos de corrupción federales.

En términos políticos, por consecuencia, la decisión de la Corte –a la que se opuso en soledad el presidente Carlos Rosenkrantz- beneficia a la vicepresidenta Cristina Kirchner, ya que Bruglia y Bertuzzi habían ratificado el procesamiento de la titular del Senado por "asociación ilícita" en la causa de los "cuadernos de las coimas". Desde ese momento, ambos magistrados quedaron en la mira del kirchnerismo. Y recurrieron en queja a la Corte a través de un "per saltum".

El fallo contrario de la mayoría de la Corte puede ser considerado como una derrota jurídica para los jueces Bruglia y Bertuzzi, que podrían renunciar a la Cámara Federal según trascendió, en tanto que empieza a ser objetado por algunos constitucionalistas que consideran que los magistrados supremos convirtieron el principio de inamovilidad de los jueces, en uno de provisoriedad. "Fueron removidos a futuro", advirtió en ese sentido el jurista Félix Lonigro.

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