Adiós a Darth Vader: la terrible historia de David Prowse, el hombre detrás de la máscara

El actor, que falleció el fin de semana, le puso el cuerpo al emblemático villano, pero por una rencilla no lo dejaron mostrar el rostro

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Casi nadie conocía su rostro: escondido durante la trilogía más famosa de la historia del cine, “Star Wars”, detrás de una icónica máscara negra, David Prowse, el hombre que le puso al cuerpo a Darth Vader fue reemplazado por Sebastian Shaw en la única escena en que el villano más emblemático del cine muestra su rostro humano. ¿La razón? Una vendetta que borró de la historia oficial de la saga galáctica a Prowse, que murió ayer sin ser conocido por buena parte del mundo.

Prowse, pesista que llegó a representar a Inglaterra en la modalidad de levantamiento de peso en los Juegos de la Commonwwealth a comienzos de la década de los 60, y luego fisicoculturista, ya había sufrido la desaparición de su voz de la película: el acento del actor, se dijo oficialmente, no era el “ideal” aunque parece claro hoy que la voz de Prowse, sin ser terriblemente aguda, no consigue infundir el terror que necesitaba el papel. George Lucas decidió doblar entonces a Vader con la voz de James Earl Jones, pero el cuerpo siguió siendo el de Prowse durante toda la trilogía.

El actor, que murió ayer tras “una breve enfermedad”, y que llegó a ser condecorado con un MBE (Miembro del Imperio Británico) por su papel en el Green Cross Code Man, que promovía la seguridad vial en las carreteras de este país, había conseguido el papel debido a su imponente físico -medía 1,98 metros-. Para entonces, Prowse había trabajado como monstruo en varios filmes de la Hammer, e incluso participó en “La Naranja Mecánica”, de Stanley Kubrick: al parecer, Lucas, se fijó en él para el papel de Darth Vader cuando lo vio interpretando a un guardaespaldas en el filme, y le invitó a presentarse a los procesos de selección para los papeles de Darth Vader y Chewbacca.

Prowse, que había comenzado a codearse con las estrellas cuando ayudó fue convocado por Christopher Reeve para prepararse para las exigencias físicas del papel de Superman, como su entrenador personal, no tuvo dudas en elegir su personaje: su aparición en el episodio IV -el primero por orden de estreno- no excedía los 12 minutos, y nadie entonces podía imaginar entonces que “Star Wars” fuera a tener el impacto que tuvo, pero Prowse “no quería ir disfrazado todo el día de gorila” y además “pensé que encarnando al villano sería más conocido”. Prowse había encarnado varios monstruos, incluido a Frankenstein en una parodia de “Casino Royale”, y sabía de lo que hablaba.

“Mi gran frustración ha sido interpretar al mayor villano de la historia del cine y que nadie supiera que era yo”

 

Pero el actor se sintió engañado cuando, el día del estreno, comprobó que su voz había sido doblada por James Earl Jones. Al parecer, el acento del oeste de Inglaterra que tenía Prowse, no convencía al director. Su decepción total llegó cuando durante el rodaje de “El regreso del Jedi”, se decidió que fuese el rostro del actor inglés Sebastian Shaw, y no el suyo, el que apareciera en la mítica escena de la muerte de Darth Vader: un documental reciente, “I am your father”, relata por qué el director de la trilogía tomó la decisión de no darle a Prowse su momento de gloria tras tres películas.

“Desafortunadamente mi relación con George Lucas no es muy feliz. Honestamente, no sé muy bien qué le molestó, creo que metí la pata sin querer tras el rodaje de la primera película, posiblemente dije a la prensa algo que le molestó y no lo ha olvidado”, señalaba en la rueda de prensa del documental, excusándose por su mala memoria.

Lo que habría molestado a Lucas, claro, fue que Prowse reveló el secreto más importante de la saga: en una entrevista publicada en 1977, durante la promoción de la primera película, Prowse sugería que si hubiese secuelas, Darth Vader podría desvelarse como el padre de Luke Skywalker.

El actor dijo no recordar aquella entrevista, aunque los autores del documental dejan caer la sospecha de que aquello - que resultó ser el giro de guión definitivo y el secreto mejor guardado de la primera trilogía- pudo tener algo que ver con la mala relación con Lucas, al igual que otra filtración al Daily Mail sobre la muerte del personaje.

Esa filtración generó tal ira entre la producción que la presencia de Prowse generaba tensión en el set. “Filmar “’El regreso del Jedi’ fue la peor experiencia de mi vida. El director no me dirigió la palabra en todo el rodaje y mi doble como Darth Vader comenzó a interpretar cada vez más escenas, ya que, además de actor, era un experto espadachín y maestro de esgrima, de modo que lo hicieron doblarme en todas las escenas con los sables de luz”, comentó el actor.

En el documental, Prowse comenta triste que “mi gran frustración ha sido interpretar al mayor villano de la historia del cine y que nadie supiera que era yo. Nunca me dijeron que sustituirían mi voz, ni que en la tercera película en vez de mi rostro aparecería el de Sebastian Shaw. No me habría molestado si me lo hubieran explicado, pero nadie se tomó la molestia de decírmelo”.

Prowse murió así: marginado de la historia oficial, viajando por el mundo intentando aprovechar su rol en la película pero, claro, nunca incorporado al lucrativo circuito de eventos oficiales de “Star Wars”; y, a pesar de numerosas participaciones en televisión y cine (que incluyen un crédito en “Dr. Who”) siendo un desconocido para el gran público.

 

Sin voz ni rostro
David Prowse le puso el cuerpo a Darth Vader, pero George Lucas le dobló la voz y no lo dejó salir en cámara sin máscara

 

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