“Sueño con estar en los Juegos de Tokio”, reconoció Delfino
Edición Impresa | 10 de Diciembre de 2020 | 04:37

“Estuve tres años entre un sofá, una cama y un quirófano”, resume sobre aquel período, entre 2013 y 2016, en el que sufrió una de las peores lesiones (rotura del hueso escafoide del pie derecho) y soportó siete operaciones. Pero Carlos Delfino es así: rebelde y apasionado, por naturaleza. “Estuve deprimido y toque fondo. Algunos tenían miedo, decían que quedaría con el pie ortopédico, otros que se me desplazarían los huesos... No pocos me recomendaron que lo mejor era el retiro, que me dedicara a otra vida, a mi familia, pero yo no quería terminar así y sentí que podía... Luché, perseveré y nunca dejé de soñar”, recuerda. Y un día, de 2016, regresó a las canchas y fue a su cuarto Juego Olímpico en Río. En 2017 volvió a nuestra Liga Nacional y en 2018 a Italia. En 2019 retornó al club de sus amores (Fortitudo Bologna) y este año ni siquiera la pandemia, la inactividad o la edad pudieron apagar esa llamita que sigue prendida. En julio firmó con Pesaro Basket.
Sus números llaman la atención (12.6 puntos, 40.5% triples, 3.4 rebotes y 25.6 minutos), su nivel impacta y los elogios se repiten. Claro, el santafesino tiene 38 años y es otro caso de cómo si al talento natural se le agrega sacrificio, profesionalismo y pasión es posible estirar carreras.
El Lancha, en declaraciones a la web oficial de la Confederación Argentina de Básquet habló de esto y del sueño de ir a Tokio 2021:
- ¿Cómo está el hombre que es noticia por su nivel a los 38 años?
-(se ríe) Muy muy contento, dentro de una cancha, compitiendo y divirtiéndome. Como quería. Con el plus de tener la suerte de hacerlo cerca de los míos. Acepté la propuesta de Pesaro por distintos motivos, porque conozco mucho al coach y tengo una gran relación (Jasmin Repesa), pero también porque estoy a una hora y media de mi familia (NdeR: vive en Cento, cerca de Bolonia).
-Todo el mundo se sorprende porque tenés 38 y todo lo que pasaste, pero a vos tal vez no te llama la atención.
-Bueno, en un punto sí. Yo siempre me entrené, estuve en movimiento aunque estuviera fuera del radar de todos, básicamente porque siempre he sido un enamorado del básquet, pero hasta que no entrás a la cancha no sabés... Pero confianza tenía, sabía que todavía tenía cosas para dar. Incluso hoy, con este buen nivel, creo que puedo dar más. Todavía pretendo ajustar cosas. Me doy cuenta que a veces el cuerpo no me acompaña, pero soy un eterno inconformista y quiero ir por más.
-Hablame un poco de Scola, quien la sigue rompiendo a los 40. Vos estás en la misma competencia, que tal vez no tiene el nivel de hace 15 años, pero sigue siendo la Lega.
- Es verdad que hoy hay un solo equipo de Euroliga cuando en mi época en Fortitudo o cuando Manu estaba en Kinder, había cuatro, pero eso no quita que sea muy competitiva y que tenga una característica que recién comentaba: cualquiera le gana a cualquiera, aunque haya presupuestos muy distintos. Y lo de Luis es impactante. Está intacto. Y lo ayuda jugar un partido por semana. Se prepara como ya sabemos y ese día se exprime. El resto es conocido: siempre tuvo puntos en la mano y no me sorprende que sea el goleador, porque al juego de siempre, de espaldas, le agregó el perimetral, el tiro y poner la pelota en el piso. Si tuviera que apostar, no tengo dudas de poner dinero a favor de que terminará como el capo cannonieri de la temporada. Un hito más en su carrera.
-Y vos, viendo tu nivel, ¿soñás con ir a Tokio? ¿Es un objetivo?
-(Piensa) Sueño, obviamente que sueño, está dentro de mi lista de objetivos. Sería como estar en Space Jam 3 (se ríe). En realidad, mi prioridad es tener una temporada sana, pasarla bien, divertirme... Si eso me alcanza para ir a una preselección, bienvenido sea. Yo sueño y trabajo para que pase. No lo voy a ocultar y negar, pero a la vez respeto mucho las condiciones de todo.
-¿A qué te referís?
-Yo, a esta edad, ocupo un lugar distinto al que tenía hace 10 años atrás en la Selección. Lo sé y me adapto. Si alcanza, bienvenido y si no, no habrá ningún problema. Soy argentino y el primer hincha de la Selección, esté o no. Disfrute el subcampeonato mundial, fuera de la cancha, como cuando jugaba, porque la mística a la que entrás cuando te pusiste la camiseta queda. Siempre sos parte del equipo aunque no estés en el plantel.
-Tenés gran relación con Oveja Hernández: ¿hablaron?
-No. Hablar, no he hablado. El no es el DT hoy y más allá de la amistad que nos une, no tengo por qué hablar de esto. El no me debe nada y yo tampoco él. Yo respeto mucho la camiseta de la Selección y acá no hay meritocracia. No hay que imponerse. Sergio decidirá los 12 mejores para Tokio.
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