Crimen del repartidor: uno de los dos sospechosos fue liberado

Si bien los dos jueces que intervienen en el caso confirmaron las detenciones de los dos aprehendidos, solo la del mayor se hizo efectiva, mientras que la del menor por ahora está en suspenso sujeta a resolución de la Cámara de Apelaciones, en el marco de la causa que investiga el asesinato de Nicolás Pérez Gatti, un joven que realizaba delivery de comida y que el 5 de octubre del año pasado fue ejecutado de un disparo de arma de fuego cuando se disponía a entregar un pedido en la zona de 81 entre 116 y 117 de La Plata. 

En tal sentido, voceros de Tribunales revelaron hoy que el juez de Garantías del Joven Guillermo Mercenaro hizo lugar al pedido de detención formulado por la fiscal del fuero de Responsabilidad Penal Juvenil Sabrina Cladera para el menor de 17 años sospechado por su participación en el hecho, pero como su defensa había solicitado una eximición de prisión con anterioridad a la captura (en primera instancia denegada), el imputado seguirá libre hasta que resuelva esa cuestión la Cámara.

La representante del ministerio púbico también requirió la detención del otro detenido, mayor de edad, Miguel Alejandro Del Rosal (29), quien está por ser indagado en la fiscalía de calle 55, entre 9 y 10 de nuestra ciudad, explicaron las fuentes consultadas. Esa detención -agregaron- fue confirmada por el juez de Garantías de La Plata que interviene en el caso, Agustín Crispo.

También detallaron que el mayor detenido sería quien accionó el arma de fuego que terminó con la vida del joven Gatti. Ambos sospechosos están a disposición de la fiscal Cladera, porque al haber un menor imputado, opera como fuero de atracción el de Responsabilidad Penal Juvenil.

La captura se concretó ayer tras un procedimiento en una casa de calle 92, entre 127 y 128, en el barrio El Carmen de Berisso. El día del crimen un vecino de calle 81 y 116 había realizado un pedido a una pizzería cercana y cuando atendió el llamado a la puerta de su casa, al abrir se encontró se encontró con el cuerpo del repartidor tendido sobre un charco de sangre y un balazo en la cabeza. 

Gatti había sido víctima de un asalto el que le llevaron la recaudación de 500 $ le habían pagado por una pizza grande a la calabresa, media napolitana y tres fatay.

El hecho generó gran conmoción y reavivó los reclamos por seguridad desde ese sector de trabajadores, acuciados por los asaltos, que organizaron marchas en reclamo de "seguridad y justicia" por nuestra ciudad.

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