Otros antecedentes en comercios de La Región y los colores que identifican a cada grupo o clan

Edición Impresa

Entre mediados y fines del año pasado, al menos dos supermercados fueron blanco de ataques vinculados a la mafia china. El primero tuvo lugar en 65 entre 28 y 29, de acuerdo a lo manifestado por fuentes oficiales consultadas. Dentro de un comercio con dueños asiáticos, un hombre encapuchado arrojó una granada de gas lacrimógeno y luego escapó a la carrera. Tanto la dueña como un empleado salieron a la calle con los ojos hinchados y lagrimeantes, tras haber inhalado el efluvio. Un portavoz de la investigación aseguró que se trató de un ataque de una agresión extorsiva. Por su parte, ante el requerimiento de este medio, el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta (UFI Nº 16) fue más cauteloso: si bien “no se descarta que ambos episodios tengan relación”, se trata de una hipótesis más dentro de la pesquisa general.

Días después, en “JaDong”, de diagonal 79 entre 65 y 119, un sujeto, con el rostro cubierto por un pasamontañas negro y una gorra, roció con un líquido inflamable el portón del local. Luego utilizó una molotov casera para provocar el fuego y huyó en dirección a 119.

Son dos los grupos (identificados con los colores rojo y amarillo) que presuntamente extorsionan a los comerciantes platenses. Ese modus operandi se condice con el accionar de la mafia china en Argentina, donde cada banda tiene su logo, a veces representado por un cartel que cuelgan en el interior del local.

Por lo general se trata de clanes familiares que tienen jefes. En sus expresiones más violentas aceptan extranjeros que funcionan como sicarios o soldados a sueldo. Las extorsiones suelen ser simples: se exige la entrega de un monto determinado y, en caso de obtener una respuesta negativa, se pasa a una fase más agresiva.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE