Calor y falta de agua, el suplicio de todos los veranos en la Región
Edición Impresa | 7 de Febrero de 2020 | 03:35

Tal como se temía, miles de vecinos de distintos barrios de la región se ven obligados a enfrentar el verdadero suplicio de una ya larga sucesión de jornadas con temperaturas que rozaron los 40 grados, con la dura realidad que implica para ellos la falta de agua en sus domicilios, por las reiteradas defecciones en el suministro. Este problema no es nuevo, se presenta todos los veranos desde hace varias décadas, aunque en esta ocasión pareciera que las dos situaciones –la del calor elevado y la de la falta de agua- se ven agravadas ahora por la especial intensidad con que se hacen sentir.
EL DIA reflejó ayer las protestas de vecinos por la falta de agua, que se registra tanto en sectores céntricos con en barrios de la periferia. Vecinos de distintas zonas dijeron haberse anoticiado acerca de que las fallas en el suministro se extendieron a toda la ciudad y que el problema, según la empresa Absa, se debió a un ataque vandálico en una perforación en Altos de San Lorenzo, además de un corte de luz que afectó a la usina Bosque.
Una revisión de las crónicas permite comprobar que la escasez de agua se presenta en las últimas cuatro décadas y aún más, sin que en ese lapso se haya logrado poner en valor la planta de captación de agua en Punta Lara, las redes de pozos extractores y las cañerías de distribución domiciliaria. Pasan las temporadas, las promesas de obras se reiteran y lo único comprobado es que, cuando más falta hace, el agua sigue faltando.
Debe enfatizarse, otra vez, que el calor no puede utilizarse como excusa para explicar la defección en el servicio de agua corriente, en el sentido de que la falla obedece a que aumenta la demanda. Correspondería recordar acá que, muchas veces, cuando corren las jornadas más frías del invierno, es el gas el que suele faltar en los hogares. Y también una de las excusas que se alegan es que la demanda subió en esos días. En suma, resulta inexplicable que las empresas no ajusten sus ofertas a los vaivenes de las demandas.
Frente a la explicación ofrecida desde hace mucho, en el sentido de que la falla obedece al crecimiento del consumo, se ha dicho en forma reiterada que las jornadas de calor, propias de cada verano, se presentan normalmente de acuerdo al ciclo natural de las estaciones y que, por consiguiente, es razonable señalar que la empresa debió haber adoptado desde hace tiempo las medidas estructurales que, a todas luces, hacen falta para absorber las oscilaciones de la demanda.
Sin embargo, en el caso del agua corresponde advertir que las protestas vecinales por falta de suministro o por presión insuficiente son planteadas, en la mayoría de los barrios y localidades del distrito, a lo largo de todo el año.
Tanto la empresa abastecedora de agua como el ente de contralor debieran tomar conciencia de que la población se encuentra con un servicio que resulta deficiente, en una situación que, año tras año, se ve acentuada por el crecimiento demográfico y urbanístico. La única respuesta aceptable -es decir, la única solución- que merecen los vecinos es que medie una reforma integral y modernizadora de las estructuras de extracción y distribución del agua, hasta convertir a esa estructura de servicio en un suministro confiable, suficiente y sin interrupciones para toda la población.
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