A dos semanas del arranque, la toma de Los Hornos no para

A pesar de la presencia de algunos gendarmes, cada día llega más gente al enorme predio que va de 76 a 79 y de 141 a 155

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A dos semanas del ingreso de los primeros intrusos, el enorme predio de 155 hectáreas que se extiende entre las calle 76 y 79 y 141 y 155 de Los Hornos se sigue poblando. Ayer los vecinos históricamente radicados en la zona volvieron a advertir que “cada vez llega más gente a instalarse”.

Hay quienes temen que la usurpación, que por sus dimensiones sería la mayor ocupación ilegal de tierra de la Provincia, se consolide cada día que pasa hasta que la opción de un desalojo se torne muy difícil de ejecutar. No es un miedo infundado, teniendo en cuenta que así comenzaron, en el término de un año, asentamientos informales ya consolidados en Villa Alba, El Retiro y Barrio Aeropuerto.

La tensión creció hacia la mañana del sábado, cuando los ocupantes volvieron a avanzar de forma masiva sobre los terrenos en los que, hasta 2014, supo funcionar el Club de Planeadores. Tanto, que algunos vecinos llegaron a creer que se debía a una retirada de la Gendarmería, que está instalada con dos móviles en torno a los lotes, ya que son de propiedad federal.

“Esto cambió radicalmente ayer (por el viernes). Esto está fuera de control. La usurpación en este momento es un descontrol absoluto”, contaban los vecinos, alarmados por la mañana. “La Gendarmería desapareció, no está más, estuvo hasta anoche (por el sábado). A qué obedece este abandono de la fuerza de seguridad, lo desconocemos por completo. La verdad es que estamos preocupados”, habían afirmado. Sin embargo, cuando EL DIA volvió para recorrer la zona los vehículos de Gendarmería seguían instalados en el lugar.

En rigor, los vecinos cuentan que los efectivos federales no impiden la radicación de nuevos ocupantes. Y todos los terrenos que se habían recuperado durante el desalojo masivo de la semana pasada ya fueron de nuevo tomados ilegalmente.

Hasta donde llega la vista, en la zona de 143 y 76 se ven incontables cuadrículas trazadas con cintas, sogas, alambres, varillas y palos. Algunas identificadas con carteles con los nombres de las familias. En otras ya empezaron a levantar precarias construcciones. Unos toman las tierras y “van y vienen” del lugar. Otros se animan a permanecer en ese predio gigante.

“A nosotros nos cambió la vida por completo. Antes este barrio era tranquilo. Ahora no podemos ni salir para ir a trabajar. Si te vas, tenés miedo de que entren a tu casa. A la noche no se puede dormir, porque hay ruido, peleas. Encima nos amenazan”, contó un vecino de esa zona.

Nada sabe con exactitud cuánta gente se aferra a esas tierras. Se habla de que ya hay entre 500 y 600 ocupantes. Pero la cifra cambia cada día que pasa. Más familias llegan de la zona de calle 96, de Puente de Hierro y otros barrios de la zona. Y el predio es tan amplio que es difícil aventurar cualquier estimación.

Muy preocupados, los vecinos reclaman que la Justicia actúe antes de que sea tarde.

 

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