Miguel de Urraza
Edición Impresa | 21 de Abril de 2020 | 02:11

Abogado proveniente de una ascendencia de largo arraigo en esta ciudad, con relaciones en diversos ámbitos políticos, en particular dentro del peronismo local, sociable y buen amigo, falleció, a los 73 años, Miguel de Urraza.
Había nacido el 26 de septiembre de 1946 en La Plata dentro del seno de una de las familias fundadoras de la Ciudad. Su padre, el escribano Joaquín de Urraza, había tenido una primera esposa de la cual enviudó y de esa unión habían nacido nueve hijos. En segundas nupcias, se casó con Eva, la madre de Miguel, y de ese matrimonio tuvo, además, a Gustavo, “Toli” y Patricio.
“Miguelito”, como era reconocido entre los suyos, cumplió con la educación primaria y secundaria en el Colegio San Luis, y en 1977 se recibió de abogado en la Universidad Nacional de La Plata.
Su adolescencia quedó marcada por una tragedia: en un hecho de gran repercusión oportunamente Gustavo fue apuñalado en las cercanías de la escuela, cuando volvía con él a su casa. Su hermano falleció delante suyo.
Trabajó desde muy joven y cumplió con diversas tareas. Primero se ganó la vida, mientras seguía la carrera de Abogacía, desde el centro de estudiantes de la misma facultad de Derecho. Una vez graduado accedió a la planta del Poder Judicial de la Provincia; luego ocupó una función en el PAMI y, finalmente, a partir de 1988 ingresó al Poder Legislativo bonaerense, concretamente al Senado, donde fue primero director de Asuntos Legales y después asesor de diferentes legisladores.
En 1994, cumpliendo tareas para la Cámara Alta y regresando de Saladillo a La Plata, sufrió un accidente de tránsito que le costó una larga internación en terapia intensiva y algunas secuelas. Sin embargo, gracias a su espíritu decidido y enérgico, en 1998, se hizo cargo de la intervención de la Cruz Roja filial La Plata, la que después presidió hasta 2008.
Junto a su esposa, “Neneca”, y matrimonios amigos, impulsó la creación de los colegios Crisol y Bosque del Plata.
Apasionado por la historia y las ciencias sociales; y gran lector de los temas de su interés, adhirió, desde que era un estudiante, al ideario del peronismo y aunque no tuvo una actuación de manera orgánica en el Justicialismo supo transmitir a sus hijos los principios de esa fuerza política, sobre todo a Matías, el mayor, que es un reconocido militante.
Fue, además, un padre incondicional también para María Agustina, María Eugenia, María José y Tomás.
Tuvo dos nietos: Máximo e Isabel, sus dos “debilidades”, según se remarcó en su entorno.
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