El verano terminaba en Lobería. Un verano sin complicaciones, casi como cualquiera de nuestros últimos veranos.

Me dijiste que todo estaba bien, y yo te creí en medio de sombrillas de colores y niños insolentes que nos tiraban arena en la cara.

Si hubiera mirado el color del mar, tan azul que se confundía con el cielo.

Si hubiera escuchado lo que me decías con atención, como intuyendo que no lo repetirías. Ahora es tarde.

El verano terminó y todavía sigo buscando un rastro tuyo en el camino.


Texto Marco Andrés Quelas
Foto Leandro Pacheco

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