Varias ciudades desalientan el uso de “barbijos tradicionales” e instan a la fabricación casera

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“Los barbijos tradicionales son para uso de personas sintomáticas y para el personal de emergencia. Nada más. Para el resto, la Organización Mundial de la Salud recomienda el uso de barreras de protección que reduzcan las posibilidades de contagio: pueden ser los llamados ‘barbijos caseros’, que son otra cosa”, aclaró ayer el ministro de Salud de la Provincia, Daniel Gollán, para luego advertir sobre las dificultades para abastecer con este insumo a los bonaerenses: “No queremos instalar que todo el mundo debe tener un barbijo por la sencilla razón que no hay fábrica en el mundo para abastecer a toda la Provincia”.

La sentencia llegó en medio del debate por el uso o no de esa máscara protectora. Y mientras en territorio bonaerense, al igual que en otras jurisdicciones, ya hay municipios que establecieron su uso.

Por caso, el intendente de Zárate, Osvaldo Cáffaro, fue el primero en patear el tablero y decretó la obligatoriedad del “barbijo o mascarillas para circular en la vía pública”. Entre otras comunas, en La Plata (ver nota central), el intendente Julio Garro lanzó una campaña masiva de concientización sobre la importancia de la utilización de máscaras de protección facial; en Tandil, las autoridades recomendaron el uso masivo de mascarillas y en Carlos Casares, su jefe comunal, Walter Torchio, salió a aconsejar la medida.

Mientras tanto, el Gobierno ya anticipó que dará instrucciones para la fabricación casera “de un dispositivo naso-bucal”.

 

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