Solidaridad frente a la crisis: crecen las ollas populares en los barrios de La Plata

En medio de los coletazos de la pandemia, emerge la reacción de los vecinos que, a pulmón, se organizan para ayudar a los más humildes

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Algo tan básico como un plato servido a la hora del almuerzo y de la cena falta en numerosos hogares. Esos niveles de indigencia no son nuevos en la Región, pues tienen su arrastre en años. Pero en estos días de parálisis económica debido a la cuarentena por el COVID-19, con las actividades más informales casi nulas y sin la posibilidad de algunos vecinos de arreglarse con changas, aprieta el hambre en más de una familia. Así se multiplican las ollas populares que motorizan los mismos vecinos de la gente afectada por la falta de ingresos y que quiere dar una mano a los que peor la pasan.

El fenómeno viene dándose en diferentes zonas de la periferia platense. Dos son los objetivos que persiguen los impulsores de las ollas populares, según coinciden todos: visibilizar las carencias de esos grupos sociales y buscar la colaboración de quienes pueden realizar donaciones y así poder mantener la acción solidaria, que en algunos casos provienen de la organización de los mismos vecinos carenciados y en otras situaciones de personas que quieren ayudar al prójimo.

Un ejemplo de la movida está en el barrio Las Rosas -Melchor Romero-. Ahí, la iniciativa tiene lugar los domingos. Ese día se cocina un almuerzo comunitario para las familias de la zona, mientras que todas las tardes llevan adelante una “copa de leche callejera” para los más chicos. “Somos personas con problemas cardíacos, con diabetes, con hipertensión, entre otras enfermedades, con intención de ayudar apoyados por amigos desempleados o con planes sociales, todos con las mismas ganas de ayudar al prójimo”, contaron. “Por diferentes problemáticas encontradas en el barrio, creamos el comedor y merendero, sin ningún tipo de colaboración de otro medio que no sea el de nuestros bolsillos, corazones y el apoyo de muchos pobres”, añadieron.

Una obra similar se desarrolla en Abasto, donde un grupo de hinchas del Club Independiente de ese pueblo se reúne todos los días a cocinar y a preparar la merienda para tender una mano en Villa Esperanza y Villa San Martín, dos de los barrios más postergados de la localidad. Esa tarea también involucra a amigos, allegados y comerciantes generosos que se suman con donaciones.

El grupo de jóvenes denominado “La Banda del Rojo”, relató que “con mucho esfuerzo pudimos hacer una merienda con sanguchitos de jamón y queso y roperito comunitario, e hicimos tallarines con tuco y guiso de fideos”. Por poder llevar adelante la iniciativa agradecieron a “todos los que día a día nos donan para poder llenar las ollas”, al tiempo que aprovecharon para solicitar aportes de “carne, pollo, alitas, verduras, alimentos no perecederos, camas, colchones y ropa”.

Días atrás, una filial de hinchas del club Gimnasia convocó al Ejército, a funcionarios municipales y hasta a un grupo de scouts para montar una olla popular con la que dieron ayuda a una vasta cantidad de vecinos de la localidad de Los Hornos. “La idea es ayudar a toda la gente que se quedó sin trabajo con todo esto de la pandemia y acercarles un plato de comida en este momento tan difícil”, se resaltó.

También un grupo de taxistas montó una olla popular en la esquina de 7 y 51. Las iniciativas, en esa línea, siguen. Porque hicieron lo propio instituciones de la Liga de Fútbol Amateur como Alumni, Criba y Crisfa, así como también el jugador de Estudiantes Marcos Rojo.

 

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