Gastón Cocchiarale: “La actuación te da herramientas como ser humano”

El intérprete que fue parte del éxito “ATAV”, y que rodó en nuestra ciudad “Devoto”, cinta platense que se estrena hoy en Cine.Ar, habló sobre sus inicios, el teatro, la discriminación y la Ley de Talles

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Por PEDRO GARAY

pgaray@eldia.com

Gastón Cocchiarale tenía 14 años cuando fue a ver a su ídolo, Guillermo Francella, al teatro: recién empezaba a estudiar teatro, y “era extremadamente tímido”, por lo que su plan de tomarse una foto a la salida con Francella comenzó a volverse motivo de ansiedad paralizante. “Yo lo único que quería era sacarme una foto con él y decirle que cuando fuera grande quería ser actor y que mi sueño era trabajar con él: pero como me ponía más nervioso, más nervioso, más nervioso, muy tenso, entonces, de plan B, agarré una de esas servilletitas de las pizzerías de calle Corrientes y le escribí lo que le quería decir”, relata el intérprete, parte de la cinta de sello platense “Devoto”, que se estrena hoy en Cine.Ar y que mañana estará disponible, gratis, en Cine.Ar Play. 

“Efectivamente”, continúa el relato Cocchiarale, “cuando salió Francella me puse tan tenso que apenas me saqué la foto y le tiré la carta”: diez años más tarde, el actor tendría su primer gran crédito actoral trabajando con Francella en “El Clan”, poniéndose en la piel de Maguila Puccio.

Además, confiesa, ya no es más tímido: “La actuación te da herramientas como ser humano”, dice el actor, y explica que “me fascina ver cuando un alumno que no se siente sexy tiene que actuar sexy, y accede a esas herramientas que lo hacen sentirse sexy. O a alguien que nunca mandó a la mierda al padre en su vida real, y que en una escena en teatro mandó a la mierda al actor que hacía del padre: libera una cantidad de emociones increíble. El teatro tiene eso de maravilloso, nos brinda herramientas como humanos que solo podemos trabajarlas en un ejercicio teatral, en un juego, porque en la vida uno no se anima”.

Así, el estudio del teatro lo convirtió en la antítesis de aquel chico timidón y fan de Francella: ahora, dice, es una persona de “personalidad imponente”, dueña de un magnetismo que lo llevó a la pantalla de El Trece el año pasado, cuando protagonizó la exitosa “ATAV”, poniéndose en la piel de David Lowenstein. 

 

EN LA PLATA

 

“Fue un año hermoso, un punto de inflexión: ‘ATAV’ fue uno de esos proyectos que a los actores nos cambian el camino”, cuenta el actor en diálogo con EL DIA. La telenovela le llegó al intérprete meses después de haber visitado nuestra ciudad todos los días, para rodar “Devoto”, la película sobre una invasión sobrenatural que dirige Martín Basterretche y protagoniza el platense Diego Cremonesi, y que fue uno de cinco proyectos cinematográficos en los que trabajó esa temporada.

Cocchiarale cuenta que filmar en La Plata lo sedujo, sobre todo por la posibilidad de filmar “en lugares emblemáticos de la Ciudad como el Teatro Argentino”, y revela que conoce La Plata: “Mi novia es de La Plata, así que suelo ir, pero nunca deja de fascinarme, y siempre jodo con irme a vivir a La Plata, tiene un movimiento tremendo, hay una movida artística grande, teatros, gastronomía, pero te alejás un poco y es como un pueblo: me encanta esa mixtura”.

“Y de repente”, cuenta del rodaje, “tenía un bache y me iba a tomar un cafecito a un bar, o pasaban familiares de mi novia y charlábamos un rato. Lo único que no me gustó fue levantarme, en junio, a las 5 de la mañana para viajar”.

Y también “me divierte mucho hacer cine de género”, afirma sobre la propuesta de Basterretche, que le permitió ensayar otro registro actoral: “Ahí está lo divertido: te propone un trabajo imaginario que otro tipo de formatos no te permiten, porque son trabajos más realistas, más cotidianos. ‘Devoto’ me permitió jugar con la imaginación como cuando era chico, escapando de alguien, escondiéndome y metiéndome por lugares”.

“Me divierte hacer cine de género, te propone un trabajo imaginario que otro formato no te permite”

 

En “Devoto”, Cocchiarale interpreta a un “nerd”, y es quien trae al filme la mitología de La Lancera, la figura mesiánica de la cinta que viene a proponer la resistencia, y también un posible nuevo mundo. 

“El buen género, cuando está bien hecho, siempre habla de algo real: la película se hace cargo de eso, y además de entretener, de generar ese espacio de fantasía, construye un paralelismo con la realidad”, dice al respecto Cocchiarale, y cuenta que tuvo que investigar bastante para meterse en la piel de su amante de la cultura pop: “Soy cero nerd”, se ríe. “Soy nerd del teatro, pero no de las historietas, de los personajes fantásticos, es un universo ajeno”.

HOMBRE DE TEATRO

El actor, es efectivamente, un hombre de teatro, donde ha desarrollado la mayoría de su carrera y donde, desde hace algunos años, ejerce también como autor y director: ya se ha puesto al frente de varias obras, incluidas “Un lugar en el mundo”, “Esto es tan sólo la mitad de todo aquello que me contaste” y “A primera vista”. 

“El teatro me fascina, es lo que más me apasiona. Para mi, es algo mágico: la experiencia teatral es muy distinta a la experiencia audiovisual, que es un poco más fría, tardás mucho en grabar una escena, se filma fuera de orden… tiene algunos obstáculos que no son los más gratificantes para el actor, no atravesás la experiencia completa, como en teatro.  Y el teatro arranca y termina, tiene un inicio, un desarrollo y un final el mismo día. Y tiene el público, la experiencia en vivo, que genera una adrenalina muy linda”, opina Cocchiarale, que comenzó a explorar la dirección con “el objetivo de nutrir a mi actor: creo que si un actor dirige o escribe, a lo largo del camino va a entender mucho más un guion, a los autores, a un director. Buscando eso, me encontré con que me gustaba dirigir, así que ahora hago un poco de todo”.

Y como hombre de teatro, Cocchiarale confiesa que está “triste, preocupado, con una incertidumbre angustiante: los teatros van a abrir último, y fueron los primeros en cerrar. Es doloroso”. El actor pide que haya subsidios para que no desaparezca el teatro independiente, y cuenta que estaba por estrenar una nueva obra, “Jauría”, cuando estalló la pandemia. También se suspendieron los rodajes de la película y la serie de las que era parte, y no pudo abrir de forma física su flamante escuela de teatro, aunque imparte clases de forma virtual.

“Intento que la cabeza no me gane, pasarla lo mejor posible, cocinar, ver películas, también soy docente, y aproveché esta situación para dar clases virtuales”, dice Cocchiarale. “Y está buenísimo, me genera un ingreso y me pone la cabeza en un proyecto que tiene que ver con lo que amo: hoy en día, eso es clave, porque estar todo el día mirando el techo no es recomendable para la salud mental”.

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