Acusan a policías tucumanos de matar a un detenido con la “técnica Floyd”
Edición Impresa | 28 de Junio de 2020 | 05:33

A poco más de un mes del asesinato del trabajador rural Luis Espinoza, la policía de Tucumán vuelve a estar en la mira por otro caso de violencia institucional. Ahora es por la muerte de un hombre de 43 años que falleció asfixiado poco después de ser detenido por robo y se investiga si fue a causa de una maniobra similar a la que mató a George Floyd en Minnesota, Estados Unidos.
Fueron testigos del procedimiento los que compararon ambos casos al relatar que el uniformado presionó el cuello del sospechoso contra el suelo luego de reducirlo y a pesar de que la víctima le decía que no podía respirar.
El informe oficial, claro, cuenta otra cosa. Explica que la víctima identificada como Walter Ceferino Nadal, murió por un infarto cuando intentaba escapar y que lo que vieron los testigos fueron, en realidad, maniobras de resucitación.
La autopsia fue contundente: Nadal falleció asfixiado y con lesiones en el cuello. Todo ocurrió el miércoles pasado en pleno centro de San Miguel de Tucumán, luego de que un hombre le dijo a una mujer policía de la División Patrulla Urbana que un ladrón lo había asaltado en la esquina de Crisóstomo Álvarez y Congreso.
La oficial pidió refuerzos y corrió tras el sospechoso, persecución a la que se sumaron un agente y dos mujeres más de la fuerza, quienes una cuadra después observaron que otros dos policías - Josué Molina y Melanie Mariel Caliva- ya tenían reducido al ladrón.
En su reporte, los efectivos informaron que Nadal comenzó a sentirse mal durante el traslado a la Seccional 1 y que luego de llevarlo al hospital Padilla murió por un infarto, pero la fiscal de la causa, Adriana Giannoni, ordenó la autopsia que desmintió a esta versión oficial.
No sólo el examen forense contradice aquel relato: un testigo que vio el momento de la violenta detención ya declaró ante la funcionaria judicial, dando cuenta de del abuso policial al que fue sometido el aprehendido estando ya completamente reducido, dijeron fuentes del caso, lo que complica a los uniformados que participaron del procedimiento.
“Eran dos efectivos los que lo redujeron. Uno de ellos tenía su rodilla en la nuca. El hombre que estaba en el piso le decía ‘me falta el aire, me falta el aire’ , pero ellos no lo soltaron”, explicó el testigo, identificado como Ricardo, al diario La Gaceta. “Caminaba por el lugar y me topé con esa escena. Era todo muy violento. No entendía nada. Alcancé a ver que el policía más grandote se le abalanzaba y le ponía la rodilla en la nuca. El tipo, que parecía un hombre más grande, no se podía ni mover. A los gritos pedían a la gente que no se acercara y que no filmara con los celulares”, mentó el testigo, quien supone que “los policías parecían no creerle que no podía respirar. En un momento el hombre se quedó callado y se puso blanco. Ahí los efectivos se asustaron y pidieron ayuda. Llegaron los de las motos del 107, lo reanimaron y recién lo llevaron en una ambulancia”. La diferencia con Floyd es que aquí el caso pasó desapercibido.
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