Deuda: bonistas “apuran” al Gobierno y se enojan con el FMI

Salieron a marcarle la cancha a Guzmán tras el fin del “pacto de confidencialidad”. No quieren que Argentina endurezca su posición luego del apoyo del Fondo

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ESTEBAN PÉREZ FERNÁNDEZ

eperezfernandez@eldia.com

 

Los acreedores de la Argentina por la renegociación de 66.238 millones de dólares de la deuda externa creen que un acuerdo está más cercano. Pero, tras el contundente apoyo del FMI a la propuesta del gobierno de Alberto Fernández conocido el lunes a través de un comunicado, los bonistas mostraron su disgusto y aprovecharon el fin de la “confidencialidad” en las negociaciones para marcarle un poco la cancha al ministro Martín Guzmán y también para tirarle por elevación al organismo que conduce la búlgara Kristalina Georgieva.

A través de un comunicado de su asesor Legal Dennis Hranitzky, -al que tuvo acceso EL DIA- el Grupo de Titulares de Bonos de Canje de Argentina –uno de los grupos más “amistosos” en el proceso de renegociación- indicó que los tenedores de bonos han mostrado “mucha flexibilidad al hacer una oferta sostenible a Argentina”, y agregó que depende del país “mostrar un serio deseo de cerrar la brecha restante”.

“Sería desafortunado si Argentina endurece su posición en respuesta a la declaración del FMI”, aseveró, mostrando a las claras la molestia de los acreedores con el comunicado público del organismo internacional.

Además, explicaron que están convencidos que las partes “no están tan lejos… y el FMI reconoce que hay espacio para que Argentina mejore su oferta”.

La propuesta anunciada en abril por el ministro Guzmán logró una pobre adhesión, lo que obligó a extender el período de negociación, ante la negativa de los acreedores de aceptar cobrar tras un período de gracia de tres años, una quita de 5,4 por ciento sobre el capital adeudado -equivalente a unos 3.600 millones de dólares- y una reducción de intereses del 62 por ciento , que suman unos U$S 37.900 millones adicionales. “El margen que queda para enmendar la oferta es escaso, el mismo FMI dijo que está ‘marginalmente debajo’ del límite que permitiría restaurar la sostenibilidad de la deuda”, aseveró el lunes Guzmán.

Los acreedores se dividen en tres grandes grupos. El ya mencionado, al que pertenece el poderoso fondo Monarch, otro también “dialoguista” compuesto por los fondos Gramercy, Fintech, Greylock y Hans Humes, que presentó una oferta que está a solo tres dólares de lo que pretende Economía y desde donde mostraron también su fastidio: “estábamos acercando a un acuerdo y el Gobierno decidió no continuar”.

Por último, aparece el grupo más duro, encabezado por el fondo BlackRock, desde donde también salieron del “pacto de silencio” explicando que “es tarea del Gobierno superar las diferencias entre las dos partes para lograr un acuerdo”.

“Debería tomar ahora acciones que lleven al país hacia una resolución pragmática que sería bienvenida por la comunidad financiera internacional”, agregaron.

Desde los tres fondos de inversión sostienen que la declaración del FMI sobre Argentina indica que es posible alcanzar una reestructuración de la deuda sostenible, pero quieren que Argentina mejore su propuesta actual.

El 21 del mes pasado la administración nacional extendió el plazo de negociación con los acreedores de deuda privada, que vencía el 22 de mayo, hasta el 2 de junio, lo que situó al país en “default selectivo” tras no cubrir vencimientos por 503 millones de dólares en tres bonos.

El Gobierno nacional extendió el lunes el plazo para negociar con sus acreedores hasta el 12 de junio. Hoy las posiciones están más cerca, pero falta aún un trecho para creer que se puede llegar a un entendimiento. Por eso los acreedores salieron a marcar la cancha.

 

 

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