Carlos Eduardo Varela

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El fallecimiento de Carlos Eduardo Varela provocó numerosas muestras de profundo pesar en diferentes ámbitos sociales de la Región. Su generosidad, tenacidad y honestidad formaron parte de su personalidad.

Había nacido el 3 de enero de 1930, en La Plata. Hijo único de Ramón Varela y Elena Zaparart, “Falucho”, su apodo y marca registrada, creció en un hogar donde los valores sustanciales fueron el trabajo, la responsabilidad y la ética.

Siempre vivió en el barrio La Loma, su lugar en el mundo, que se transformó con el correr de los años en una “sede” de encuentro de amigos, compañeros y allegados para disfrutar de reuniones sociales inolvidables.

Entre las distintas actividades que desarrolló a lo largo de su vida, la Legislatura bonaerense fue su segundo hogar. Al regresar la democracia ocupó el cargo de director general de Administración en el Senado, puesto en el que culminó su carrera laboral, con diversos logros. En la Legislatura formó la mutual para empleados del Poder Legislativo.

Otra de sus grandes pasiones fue Gimnasia. Fanático del equipo albiazul, no se perdía un solo partido del Lobo de sus amores, y también entregó su experiencia, conocimiento y responsabilidad como presidente de la comisión del fútbol amateur del club. Siempre luchó por enriquecer las divisiones inferiores de la institución.

Su casa del barrio La Loma estaba abierta para recibir a sus amigos y también a las amistades de sus hijos. Se recuerdan las celebraciones de cumpleaños con fiestas de disfraces, como así también las reuniones sociales de los fines de semana. El diálogo, la buena comida, su amabilidad y la excelencia como anfitrión hacían de los encuentros en su hogar un momento para disfrutar con extensas sobremesas.

Le encantaba viajar a Mar del Plata, donde disfrutaba los veranos de la playa y los atractivos de la costa atlántica. Viajó hacia otros destinos, pero el balneario de la costa bonaerense lo atraía como pocos lugares para descansar y sumar fuerzas para cada año.

Se casó con Lía Riva, con quien tuvo 3 hijos: Anahí, Lilian y Carlos. Disfrutó de sus dos nietos y 3 bisnietos. Sumó hijos y nietos del “corazón”.

Viudo, en sus últimos años se casó con Martha Tapia, que se sumó a la familia para acompañarlo con amor hasta el final, sin separarse un segundo de su lado.

La familia, los amigos, el trabajo y el disfrute fueron el motor de su existencia.

 

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