Cómo solucionar las necesidades sexuales dispares en una pareja
Edición Impresa | 18 de Julio de 2020 | 04:35

Otro de los temas recurrentes y de los más abordados en las terapias de pareja es la “queja” debido a los distintos grados de libido de cada uno de los miembros que forman la relación. Es habitual escuchar que uno siempre tiene más ganas que el otro, o que uno siempre se siente presionado por el otro.
“En toda relación hay aspectos que generan desacuerdos, que provocan malestar debido a las necesidades dispares de cada persona. Por tanto, lo fundamental no es evitar la diferencia, sino buscar la manera de que sea complementaria para ambos”, reconoce Núria Jorba, sexóloga, terapeuta de parejas y coach sexual. De acuerdo a esta profesional, la “tendencia habitual” es “responsabilizar, poner el peso de la solución o de la culpa en el miembro de la relación que tiene menos deseo” en lugar de darse cuenta que “ambos” son “igualmente responsables” y que lo importante está en buscar la manera de manejar el problema y de resolverlo.
La experta propone una “serie de pautas” para poder abordar este “malestar sexual” tan común en las parejas.
Evitar la presión
“Cuando juntamos presión y sexualidad lo único que obtenemos como resultado es desgana y sensación de obligación”, precisa Jorba. Por esto mismo, advierte, no se debe “presionar” el que tiene más deseo ni tampoco se debe “auto-presionar” el que no lo tiene. La clave es “respetar las necesidades de cada uno y no buscar aumentar los encuentros sexuales a través de la obligación ni la idea de tarea”.
Empatizar con el otro
Una buena idea es dejar de “exigir” y comenzar a hablar siempre “desde el yo, desde el cómo me siento, qué necesito, etcétera”, pero no sin antes haber hecho el trabajo de “ponernos en la piel del otro”. Las preguntas que nos podemos hacer son: “¿Cómo se puede sentir? ¿Cómo lo puedo ayudar?”. Al no ponerse del otro lado, siempre habrá dos “bandos”: “Uno siempre se sentirá como un adicto al sexo y el otro como un apático sexual”. Por eso es menester, antes de pedir, empatizar, lo que resulta un “aspecto fundamental para que las relaciones funcionen”.
Refuerzo positivo
“El castigo, el refuerzo negativo, no tiende a dar resultado en estos casos”, detalla la profesional quien aconseja que sí es válido “comentar aquello que nos gusta” y luego “mostrar agradecimiento ante los pequeños cambios”. Es pertinente recordar que “los avances son lentos y progresivos y no podemos esperar un giro de 180 grados en cuatro días. La fuerza de voluntad del cambio es lo más importante”.
Contacto sin objetivo
Si queremos que nuestra pareja tenga deseo, hay que permitir “que sienta, que se relaje, y que no tenga la mente en lo que toca, sino en lo que le gusta”. Aquí debemos apelar al “erotismo, la sensualidad, las caricias”, que resultan “aspectos esenciales para conectar”, según Núria Jorba, quien aclara: “Si, en cambio, es la persona que tiene menos deseo la que asocia contacto con sexo, lo mejor es prohibir las relaciones sexuales hasta conseguir la comodidad del contacto. Si no se puede tener sexo no nos auto-presionaremos, porque no podremos ir hacia ningún sitio, y aprenderemos a sentir el ahora”.
Cambiar de estilo de vida
De acuerdo a la experta, es muy común observar que “tanto en los casos en que hay mucho deseo como en los que hay poco, cuando se estudia el tipo de rutina diaria y el estilo de vida de esas personas se observa que hay poco tiempo para uno mismo, tendencia al estrés, agotamiento, etcétera”. Eso afecta de diferente modo a las distintas personas y es muy probable que a algunas les genera apatía sexual, desgana hacia el sexo, porque el estrés puede disparar hacia “la falta de energía, poca motivación, ganas de descansar”. En cambio, en otras ocasiones, el estrés provoca “la necesidad de descarga, de desconexión, de tener una vía de escape como puede ser el sexo y, por tanto, tienden a tener más deseo”. Es entonces que, tanto el que tenga exceso de ganas como el que tenga pocas, tiene que poder “analizar” qué aspectos puede cambiar en el día a día, que ayuden a mejorar la sexualidad.
Gestionar el propio deseo
“La sexualidad de cada uno es responsabilidad de cada uno” es la sentencia de terapeuta, que se explaya: “Eso significa que la persona de la pareja que tiene menos deseo quizás deberá buscar la vía de trabajarlo, de conectar más con el propio erotismo. En cambio, quien tiene un deseo más elevado quizá también debe buscar vías de gestionar ese deseo como el autoplacer”. En muchas ocasiones, reconoce la profesional, cuando hay una pareja “ponemos sobre ella la presión de cubrir todas nuestras necesidades, y eso es imposible, así que debemos abrir la mente y aceptar el onanismo dentro de nuestra relación”.
Comunicación
La comunicación es un aspecto fundamental dentro de una relación de pareja y en cualquier vínculo humano. Es “básico” hablar de cómo nos sentimos “para conectar y sentirnos cómodos, aceptados, que nos entienden”. Por eso la sexóloga aconseja: “No tengas miedo. Expresá cómo te encontrás y qué necesitas. Seguro que después de una conversación pausada y sincera salen ideas de qué hacer para resolverlo”.
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