Municipios con fronteras cerradas y en pie de guerra

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Parece que el intendente de Tandil, Miguel Lunghi, ha impuesto su propio cerrojo para decidir quién entra y quién no al distrito. Algo que no ha caído nada bien.

Entre las primeras “víctimas” estarían Olavarría y Azul, cuyos habitantes, para ingresar a la ciudad serrana, deberán someterse a una cuarentena de 14 días. “Sea quien sea”, ha dicho Lunghi, y que la medida correrá para todas las localidades con “brote activo” de coronavirus.

Molestos, desde Azul contraatacaron con una acusación: que un tandilense habría “llevado” el virus a la cárcel azuleña donde se originó el último brote. “Que digan lo que quieran -disparó Lunghi-, acá no tenemos circulación viral”.

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