De la quinta a la góndola, otra brecha que vuelve a estirarse

Un informe de la CAME indica que en el último mes la diferencia de precios entre origen y destino aumentó nuevamente, esta vez 8,1%. Estacionalidad, transporte y especulación

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Desde la porción de tierra que Josefina Durán alquila en Etcheverry se cosecha acelga que la quintera vende a 150 pesos la jaula (12 atados), lechuga en lotes de a 5 kilos por la que percibe 180 pesos, y plantas de brócoli que entrega a 200 pesos la docena. Esos son los valores de origen. En las góndolas o los cajones de las verdulerías, el atado de esa misma acelga cuesta no menos de 50 pesos, la unidad de lechuga se vende a partir de 70 pesos y la flor de brócoli desde 45 pesos.

No es novedad que hortalizas y frutas siguen una trayectoria comercial que al salir del campo tienen un valor, al despacharse en el mercado que las distribuye en el sector minorista ganan en costo y en el último eslabón de la cadena, en la oferta al consumidor, adquieren un precio muy por encima del que se pagó al productor.

Esa brecha, para el promedio de 24 productos agropecuarios considerados en la canasta básica de alimentos (que incluye también factura ganadera) subió en julio pasado 6,1 por ciento, según un relevamiento efectuado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa -CAME-. Entre los vegetales, la acelga y la papa fueron los productos con menos brecha, según el informe de la entidad, mientras que la pera y el zapallito mostraron las mayores diferencias.

CAME calcula el Índice de Precios en Origen y Destino -IPOD-. La herramienta le permite a la confederación visibilizar la falta de transparencia en las cadenas de valor. Lo que observa la entidad es que en cinco años –desde que comenzó a publicarse el trabajo-, aunque algunos sectores se han empeñado en divulgar las prácticas comerciales abusivas no se ha logrado todavía achicar la brecha de precios campo-góndola.

La diferencia de precios entre lo que pagó el consumidor y lo que recibió el productor por la materia prima agropecuaria volvió a subir el mes pasado al ubicarse 6,1 por ciento arriba de junio. La suba, consideró CAME, fue impulsada por fuertes aumentos en las brechas de la zanahoria, el zapallito y la cebolla.

En promedio, los consumidores pagaron 4,87 veces más de lo que cobró el productor, cuando en junio la diferencia fue de 4,59 veces.

“Nosotros vendemos a pocos pesos y a la gente cuando va al negocio le cobran muchísimo más”

 

Los datos que da a conocer CAME surgen en base a valores diarios online de los principales supermercados del país, más de 700 precios de verdulerías y mercados para cada producto, y costos de origen de las principales zonas productoras.

En julio, la brecha mayor se detectó en el zapallito; en ese cultivo el precio se multiplicó por 9,24 veces desde que salió del campo, seguido por la pera (9,1 veces), la manzana roja (8,43 veces), y la naranja (7,6 veces).

“En general, las diferencias están determinadas por un conjunto de comportamientos, algunos especulativos de diferentes actores del mercado, básicamente de las grandes cadenas de supermercados que se abusan de su posición dominante en el mercado”, indicó CAME en un reciente informe.

Las estadísticas no hacen más que reflejar la realidad que Durán vive día a día desde la quinta de 44 y 252, igual que cientos de productores de la Región. En relación al elevado margen entre el valor de origen y el valor de destino puntualizó la quintera que lo que recibe por su trabajo es “cada vez menos”. La mujer contó que cuando se acerca, por caso, a una verdulería, y ve los precios para el consumidor, observa una diferencia enorme. “Nosotros vendemos la verdura mucho más barata, a valores muy bajos, y resulta que después suben las semillas y los insumos para sembrar todo el tiempo. Lo curioso es que nosotros lo vendemos a pocos pesos y a la gente cuando va al negocio a comprar le cobran muchísimo más”, destacó la productora.

En rigor, las góndolas platenses muestran un muy amplio abanico de productos procedentes de diversas regiones (incluida Chile al que se le compra el kiwi y Ecuador, de donde proviene la banana). Un verdulero con local céntrico precisó, en ese sentido, que muchos de los productos que le resultan caros al consumidor están fuera de estación en la Región y que esa es una de las razones de la sobrevaluación. “Morrones, tomates y zapallos y berenjenas, por ejemplo, vienen del norte del país, y frutas como la manzana y la pera llegan desde Río Negro; la frutilla de esta época es de Tucumán, detalló el comerciante y explicó que parte del encarecimiento de la mercadería se debe al costo del traslado.

Salvador Vides, productor de Olmos, advierte la brecha de valores, pero sostuvo, no obstante, que en líneas generales el fenómeno no responde a prácticas abusivas. “No me parece que se deba a la mala voluntad o a las ganas de obtener ganancias de manera incontrolada”, respondió el agricultor a la consulta de EL DIA. Vides resaltó que son varios los gastos que se suman en la intermediación con la que se maneja el mercado. “Hay costos no sólo en la ganancia del verdulero sino también en el traslado de la mercadería, en el combustible, la carga y la descarga, los alquileres de los puestos en el mercado. El comerciante paga impuestos y muchas veces tiene obligaciones impositivas”, planteó el productor.

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