En un abrir y cerrar de ojos
Edición Impresa | 2 de Agosto de 2020 | 07:39
Por IRENE BIANCHI
irenebeatrizbianchi@hotmail.com / @IRENEBIANCHI
- ¿Conectadas?
- ¡Sí! Este encuentro virtual se ha vuelto una rutina, amigas del alma. ¡Pero cómo extraño la mesa compartida en el café! Nunca terminaré de conformarme con esta reunión de mentiritas.
- Algo es algo. Peor si la pandemia nos hubiera agarrado sin tecnología, en la época del teléfono fijo, el telégrafo, el Telex, el cartero, la paloma mensajera.
- Che, Mirtha, ¿te pasa algo en los ojos? Te veo rara. ¿Me andará mal el Zoom?
- No, Leti. Me pegué los párpados con cinta scotch. Debe ser eso.
- ¿Y se puede saber por qué?
- Elemental, Watson. Con esto de andar con la cara tapada, lo único que se nos ve son los ojos. Yo tengo los párpados caídos como persianas vencidas, y no me da el bolsillo para el cirujano plástico. Así que mientras estoy en casa, pruebo con esto a ver si se levantan.
- ¡Ni se te ocurra usar la gotita, eh! ¡No los cerrás más!
- La cinta scotch es doble propósito. Cuando me la saco, de paso me depilo las cejas.
- Mirtha tiene razón, chicas. Nuestra única arma de seducción son los ojos, la mirada. Hay que esmerarse y fratacharlos con todo. Sombra, delineador, pestañas postizas, brillitos …
- ¿Se acuerdan cuando los tipos nos sacaban a bailar con una caída de ojos, un guiño, una levantada de cejas, un cabezazo?
- ¡Qué antigüedad, Tania! ¡Se te acaban de caer la cédula y la Libreta Cívica juntitas!
- No te hagas la pendex. Todas nosotras somos del siglo pasado, ¿o no?
- ¡Peor! Del milenio pasado.
- ¿Qué quieren que les diga? A mí el barbijo me favorece. Siempre tuve complejo de narigona, y ahora el naso me sostiene el tapabocas como un gancho de carnicero.
- A mí también me favorece. Porque yo soy de hablar sola por la calle o mientras manejo. Y ahora nadie se percata; nadie me mira con cara de “Pobre mina. Está cucú”.
- El problema son los anteojos. ¡Incompatibles con el barbijo!
- Yo estoy por patentar un invento. Una especie de desempañador de lentes. A batería.
- ¡Te vas a llenar de guita, Rita! Ojo que no te afanen la idea. Esto va para largo. Viviremos embarbijados hasta que aparezca la vacuna.
- Nos podríamos ofrecer como voluntarias para que nos inyecten lo que venga. Total, ya estamos amortizadas., teflonadas.
- No por nada te llamás Marta. “Sos la número uno. Cuando pueda te vacuno”.
- Hablando de canciones, ¿qué les pareció el nuevo reality del 13?
- Un bodrio. De esencial, nada de nada. Ángel no tiene ángel; los jurados separados por acrílicos, menos onda que empleados de un call center; Laurita, lavadita; la hinchada virtual, un freezer. Esfuerzo digno de mejor causa.
- A Nacha le encanta hacer picadillo de carne con los participantes. Les critica el ego y el de ella es descomunal, a pesar de su pátina espiritual de meditadora.
- Y a Moria le encanta escucharse. Monologa largo la One.
- Pero está bueno distraerse un poco, chicas. ¿No están saturadas de info sobre el maldito virus? O nos mata el bicho, o nos matan los chorros que dejaron sueltos por el bicho.
- Esto tendría que haber pasado en el 2000, que anunciaban el fin del mundo, ¿se acuerdan? Todos temblábamos cuando brindamos esa noche.
- ¿Saben con qué tenemos que brindar hoy, para que se dé vuelta la taba?
- Ni idea, pero igual, estamos separadas, así que …
- Vayan todas al buzón, que les mandé algo por delivery. ¡Rápido, que se nos corta el Zoom gratis!
- ¡Qué genia, Eugenia! ¡Un gotero de caña con ruda! ¡Te pasaste!
- Sí, me pasé de día. Pero hagamos de cuenta que hoy es 1º de agosto. ¡Chin, chin!
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