Mantenimiento de objetos de valor

Muchas veces quedan guardados, porque no son de uso diario y pueden arruinarse. Acá van algunos consejos para revivirlos y que se vean casi nuevos

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Las joyas preciosas y los relojes valiosos no solamente son una adquisición que se disfrutará durante mucho tiempo, sino también una inversión. Siempre y cuando estas piezas caras reciban el mantenimiento adecuado y necesario.

Muchas veces no tenemos tiempo de dedicarles una buena limpieza, pero ahora con la cuarentena, esa excusa ya no es válida.

El más importante consejo que brinda el experto en joyas Joachim Dünkelmann es renunciar a maquillajes, desodorantes y cremas, que son perjudiciales para las superficies sensibles. A la vez, apunta que las joyas verdaderas no deben ser limpiadas con productos de limpieza fuertes.

“Hay que decirlo claramente: no las toque”, subraya. “Pero el cuidado correcto comienza ya con la exposición de las joyas preciosas a la menor cantidad de estímulos mecánicos posibles y al mismo tiempo evitando las fuertes diferencias de temperatura”.

Entre las medidas por tener en cuenta, durante la limpieza mecánica deben evitarse los cepillos. Lo mejor es limpiar las alhajas con un paño suave y húmedo.

Y, además, indica el experto Dünkelmann: “Nunca limpie las perlas con un paño de algodón, porque el lustre no lo tolera”. El lustre es la capacidad de las perlas de reflejar la luz y, por lo tanto, de brillar.

Dünkelmann recomienda que durante la limpieza de las alhajas se utilice por lo general solo agua tibia y un poco de jabón líquido. “Es importante, sin embargo, que el agua sólo esté tibia y no caliente”, puntualiza.

Lo mejor es que los productos de limpieza especiales para joyas solo sean utilizados tras recibir asesoramiento especializado. “Esta prsona podrá determinar con precisión qué producto es adecuado para qué joya. Por ejemplo el limpiador de cubiertos, como el que se ofrece para limpiar la plata, es sumamente inadecuado para la joyería”, añade.

Profesionales

Las joyerías asimismo ofrecen una limpieza especializada y adaptada al material. Cada tanto esta inversión puede tener sentido, porque la joyería ofrecerá un servicio adicional: revisará la joya para detectar si tiene puntos débiles.

Por ejemplo, si el engarce del anillo de diamantes sigue estando al ras, si el cierre del brazalete está firme o si el hilo de un collar de perlas amenaza con romperse.

Un control de este tipo evitará sorpresas desagradables como una piedra preciosa perdida o perlas rodando alegremente por el piso de la casa.

Y también los relojes requieren mantenimiento, a la vez que pueden convertirse en una verdadera inversión. “En los relojes naturalmente se trata en primer lugar de limpiar el cristal del reloj y la correa”, explica Guido Grohmann, otro experto alemán.

“Entonces por lo general ahí alcanza con pasar un paño húmedo. En ese proceso no debe olvidarse limpiar la caja, que está en contacto con la piel”, señala.

Y, cuando se trata de la limpieza de los relojes, surge una y otra vez el consejo de apelar a los equipos de ultrasonido, con inmersión en líquido.

Sin embargo, Grohmann los desaconseja. “Si se compra un reloj que es sumergible eso no significa que esa condición todavía siga presentándose un año después de la compra”, puntualiza.

“Ahí alcanza solamente un pequeño golpe y las juntas de goma más delicadas pueden correrse de lugar y entonces la impermeabilidad ya no está garantizada”, aclara.

También en el caso de los relojes vale la pena cada tanto dejarlos para una revisión en la joyería o la relojería, ya que en casa no resulta posible resolver todos los defectos que se generan a causa del tiempo.

El funcionamiento interno de los mecanismos mecánicos del reloj, por ejemplo, requiere aceites y grasas, explica Grohmann. “Pero estos se resinifican con el tiempo y por lo tanto deben ser reemplazados. Si no se lo hace, tarde o temprano el reloj dejará de funcionar correctamente”, advierte. (DPA)

Las joyerías ofrecen una limpieza especializada y adaptada al material

 

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