La bomba que durmió seis años

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Rubén Molinari (*)

rubenmolinari@yahoo.com

Para la antigua tripulación de un buque de propiedad rusa abandonado en los muelles a fines de 2013, la catástrofe en el puerto de Beirut no fue una sorpresa. Según lo informado por los medios locales el accidente fue causado por la explosión de 2.750 toneladas de nitrato de amonio que habían sido transferidas desde el buque tanque Rhosus a un depósito en tierra en 2014.

El Rhosus estaba registrado por el armador Igor Grechushkin, nativo de Khabarovsk en el Lejano Oriente de Rusia, y era tripulado por una tripulación de rusos y ucranianos. A fines del 2013 el buque transportaba su carga desde el puerto georgiano de Batumi a Biera en Mozambique. Pero tuvo que recalar por problemas técnicos en Líbano, donde quedo detenido por no pasar una inspección de seguridad. Tiempo después, el barco fue incautado porque el armador se quedó sin dinero o sin la voluntad de pagar las tarifas portuarias.

En julio de 2014, los tripulantes eran rehenes y sin provisiones, el capitán Boris Prokoshev advirtió sobre los peligros de su carga. “Estamos abandonados, viviendo sin sueldo y sobre en un barril de pólvora durante los últimos 10 meses”, declaró a un diario ucraniano.

Un periódico ruso que informó sobre la situación tenía un titular inquietante: “La tripulación del buque de carga Rhosus son rehenes a bordo de una bomba flotante”. Según el capitán Prokoshev, el propietario de la embarcación terminó debiéndole a la tripulación una considerable cifras por salarios. Las publicaciones en las redes sociales sobre el propietario denunciado, el Sr. Grechushkin, y su empresa, Teto Shipping Ltd, contienen varios reclamos similares.

Finalmente las autoridades del Líbano liberaron a la tripulación, pero fue hace seis años. Mientras que el capitán ruso y tres tripulantes ucranianos de alto rango permanecieron a bordo un tiempo más, hasta septiembre de 2014. Por aquel entonces, las autoridades otorgaron permiso para desembarcar la carga peligrosa para “custodia” en el almacén número 12 del puerto de Beirut. El arsenal explosivo permanecería en los muelles durante seis años antes de los trágicos eventos del martes. Las autoridades aduaneras denunciaron la peligrosa situación ante la justicia; por lo cual las autoridades libanesas eran conscientes de los “graves peligros” asociados con la carga.

Ahora se ha lanzado una investigación, y se espera que el comité de investigación presente los hallazgos dentro de los cinco próximos días. Los primeros informes sugieren que la explosión siguió a los trabajos que se llevaban a cabo para reparación del depósito portuario; probablemente debido a chispas que causaron una explosión previa y que esta habría generado la explosión del nitrato de amonio.

El presidente de Líbano, Michel Aoun, describió el hecho de no lidiar con las reservas de nitrato de amonio como “inaceptable”. Cuando dijo que los responsables enfrentarían “el castigo más severo” tal vez no tuvo en cuenta que él mismo encabeza ese grupo de responsables.

(*) Perito naval

 

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