Mentíme que me gusta

Edición Impresa

Por IRENE BIANCHI

irenebeatrizbianchi@hotmail.com / @IRENEBIANCHI

- ¡Hoooliiiissss! ¿Enchufadas? ¿Paso lista?

- ¡Odio cómo me veo en la pantalla, chicas! ¿A ustedes les pasa lo mismo? Parezco un fantasma. Y eso que me maquillo para zoomear con ustedes, eh. Pero no hay caso.

- ¿Y por qué ese pasamontañas, Tita? Si estás adentro. ¿Tenés frío?

- No, estoy tratando de pegarme las orejas. Tanto usar barbijo, parezco Dumbo, les juro.

- Te podrías poner una vincha. Cumple el mismo propósito y es más “cool”.

- Yo estoy haciendo tapabocas con motivos navideños. Guirnalditas, borlitas, hasta lucecitas de colores intermitentes les pongo. Si gustan, pueden hacer sus pedidos anticipados con descuento, amigas. Incluyen pilas.

- ¿A las figuritas del pesebre también les pondremos barbijos?

- ¡Ni me hablen! ¿Vieron lo que dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus?

- Y ése, ¿quién es? ¡Cuántas consonantes! Impronunciable.

- ¿Cómo quién es? Nada menos que el Director General de la Organización Mundial de la Salud. Un capo el tipo.

- ¿Dio un mensaje optimista con respecto a la maldita pandemia?

- Al contrario. “No hay solución y quizás nunca la haya”, escupió sin anestesia.

- ¡Ah! ¡Pum para arriba! ¡Qué buena onda el chabón!.

- Es la verdad desnuda. ¿O preferís que te mientan?

- ¡Toda la vida! Mentíme que me gusta, es mi lema.

- Así te fue, Gladys. ¡Enganchaste cada bolacero!

- Necesitamos que nos doren un poco la píldora, Moni. Tanta verdad es letal. Un cachito de esperanza, una palabrita de aliento. De ilusión también se vive, ¿o no?

- Yo prefiero que me canten la justa. Así sé a qué atenerme.

- Ah, sos de las que dicen que si acabamos con este virus, vendrán otros peores. Un cascabel.

- Habrá que hacerse vegetarianas, chicas. O veganas. Porque todos estos bichos vienen de los animales. Y peor, si los comés crudos.

- Pero te olvidás de los pesticidas que usan en los cultivos, Mecha. Y lo orgánico es carísimo.

- Bueno, chicas, de algo hay que morirse. No nacimos pa’semilla.

- ¿Vieron que la pobre Nicole se lo agarró? Y eso que es re obse. Tenía siempre un rociador a mano y desinfectaba al que se le cruzaba, sin decir ¡Agua va!.

- “Lavandina va”, diría.

- En las redes la mataron a la blonda por el trato que le dio a su empleada, también contagiada. Como que la tenía encerrada en las dependencias de servicio, tipo rehén.

- ¿No era que no se podía tener personal de limpieza durante la cuarenterrrrna?

- Una cosa es lo que se puede, y otra lo que se debe. Aquí cada uno hace lo que se le canta.

- Aquí solamente no. Mirálo al viejo del Rey de España. Investigado por corrupción y escándalos, se rajó a un resort caribeño, tras meterle cornamentas varias a la pobre Sofía, regalarle millones de euros a su última amante, y poner en jaque mate a la institución de la monarquía.

- La monarquía atrasa, chicas. Es demodé. En pleno siglo XXI resulta anacrónico que siga habiendo reyes, reinas, princesas, príncipes. Sólo aptos para Disney.

- Y hasta ahí nomás. Las princesas de Disney ahora son feministas, guerreras, empoderadas. No buscan un Príncipe Azul, Ya se avivaron que destiñen inexorablemente.

- Igual hay presidentes que se creen monarcas. Trompita Trump, sin ir mas lejos.Un yosapa.

- Más respeto a los payasos, che. ¿O coincidís con Cristina, cuando dijo que comparar a un senador con un cómico es una ofensa? Hablaban de Mario Sánchez y su divertida sarasa.

- ¡Al contrario! Confío más en los cómicos que en muchos políticos. Lejos.

- ¿Y si brindamos por ellos? ¡Aguante el humor! ¡El mejor antivirus! ¡Chin, chin!

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