Diana Rigg: de “Los vengadores” a “Game of Thrones”, un ícono de varias generaciones
Edición Impresa | 11 de Septiembre de 2020 | 05:34

Diana Rigg, actriz británica imponente cuya carrera abarcó desde la emblemática serie de espías “Los vengadores”, en la que se puso en la piel de Emma Peel, hasta el éxito de fantasía “Game of Thrones”, donde encarnó a la memorable Olenna Tyrell, falleció ayer a los 82 años.
Rigg murió en su casa con su familia, dijo su agente, Simon Beresford. Su hija Rachael Stirling dijo que falleció de un cáncer que le diagnosticaron en marzo, y que su madre “pasó sus últimos meses reflexionando alegremente sobre su extraordinaria vida, llena de amor, risa y un profundo orgullo por su profesión. No puedo expresar con palabras cuánto la extrañaré”.
El primer gran éxito de Rigg llegó en 1961, cuando protagonizó “Los vengadores” junto a Patrick Macnee como el ensombrerado John Steed. Era un dúo ocurrente impecablemente vestido que luchaba contra villanos en un programa cuya mezcla de aventura y humor fue sumamente influyente.
Pero sus éxitos fueron múltiples: también actuó en el thriller de James Bond de 1969 “Al servicio secreto de su majestad” como Tracy di Vicenzo, la única mujer que haya estado casada, aunque brevemente, con el agente 007. Los productores de la franquicia Michael Wilson y Barbara Broccoli dijeron que Rigg era “muy querida por los fans de Bond y por su memorable actuación”.
George Lazenby, quien tuvo su única intervención como Bond en esa película, dijo en Instagram que estaba “muy triste de enterarse de la muerte de Diana Rigg. Ella sin duda elevó mi actuación cuando hicimos la película juntos en 1968-9”.
Años después de Emma Peel, Rigg se volvería indeleble para una nueva generación gracias a Olenna Tyrell el papel que interpretó en “Game of Thrones”, maquiavélica y genial matriarca del clan Tyrell que se convirtió por su ironía y humor en una de las favoritas de la audiencia. En los últimos años, además, se convirtió en la duquesa de Buccleuch en “Victoria”, y actuó junto a su hija en la serie de comedia británica “Detectorists”.
Pero más allá de sus éxitos televisivos, Rigg era una actriz de formación clásica: en la década de 1960, fue miembro de la Royal Shakespeare Company durante varios años, y combinó su trabajo en la pantalla con una aclamada carrera en el teatro, en obras como “Madre coraje y sus hijos” de Bertolt Brecht y “Jumpers” de Tom Stoppard en el Teatro Nacional de Londres.
Tuvo varios papeles aclamados en los 90 en el Teatro Almeida de Londres, entre ellos Martha en “¿Quién le teme a Virginia Woolf?” y el papel estelar en la tragedia griega “Medea”, por el que ganó un premio Tony en Broadway, galardón al que fue nominada en otras tres ocasiones, la más reciente en 2018 por interpretar a la señorita Higgins en “My Fair Lady”.
Jonathan Kent, quien dirigió a Rigg en el teatro, dijo que su “combinación de fuerza de personalidad, belleza, valentía y poder emocional puro hacían de ella una gran actriz clásica”.
Nunca se retiró. Uno de sus últimos papeles fue en el drama rural veterinario “All Creatures Great and Small” , que actualmente se transmite en la TV británica.
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