Alumnas italianas protestan por un pedido de no usar minifalda para evitar miradas de profesores
| 18 de Septiembre de 2020 | 17:55

En el marco del regreso a clases en Italia y de las medidas de prevención que se están tomando para reducir el riesgo de contagio de Covid-19, estudiantes han puesto en marcha una protesta que se ha dado en llamar la "rebelión de las minifaldas".
Las impulsoras de esta medida de fuerza fueron las alumnas del Liceo Socrate, un secundario del barrio de la Garbatella de Roma. Luego se plegaron varios institutos de Roma y del país. Todo se debe a que al regresar a las aulas los alumnos se encontraron con aulas dotadas únicamente de sillas.
Según dieron a conocer los medios italianos, esto se debió a que los bancos individuales prometidos por el gobierno para que pueda cumplirse el distanciamiento social, aún no se han instalado en los establecimientos.
El nombre con el que fue dado a conocer el “movimiento” se debió a que la vicerrectora del Liceo Socrate le sugirió a una chica que en el día inaugural vestía una pollera demasiado corta, que intentara no asistir al colegio con ese vestuario porque, ante la falta de bancos, a algunos profesores "se le podían ir los ojos".
Lejos de surtir el efecto que buscaba, la recomendación encendió la polémica y temas como la violencia de género, libertad y sexismo pasaron a convertirse en protagonistas. Indignadas, al día siguiente las compañeras de la chica en cuestión organizaron una movilización en el secundario que hizo mucho ruido.
"Nuestros cuerpos no pueden ser cosificados, no podemos ser culpadas por las miradas molestas de los docentes varones", podía leerse en mensajes que fueron circulando por el secundario, firmados por el grupo de estudiantes "Rebelión feminista".
"Mañana están todos y todas invitados a venir al colegio con una pollera", convocaron. En las redes sociales, se podía ver fotos de las jóvenes vistiendo minifaldas además de carteles que dicen "No es nuestra culpa si a los profesores se les caen los ojos" y "#stopala violencia de género".
"La escuela es un lugar que debería protegernos", dijo Chiara, una de las chicas que participó de la rebelión, que en declaraciones a La Stampa aseguró que si bien al día siguiente muchas chicas volvieron a vestir pantalones, la protesta contínua. "Pensamos escribirle una carta al rector porque no existe que una vicerrectora nos diga que no podemos vestirnos de cierto modo: así no nos sentimos protegidas".
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