A 27 años de la Masacre de Wilde, piden por el juicio a los acusados

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A 27 años de la denominada “Masacre de Wilde”, un emblemático caso de gatillo fácil en el que se dispararon cerca de 200 tiros que mataron a cuatro inocentes, familiares de las víctimas pidieron que la audiencia previa al juicio se realice “cuanto antes”.

Raquel Gazzanego, viuda de Edgardo Cicutín, uno de los asesinados junto al remisero Norberto Corbo y sus pasajeros, Claudio Mendoza y Enrique Bielsa, convocó a acto “sin banderas partidarias” que se realizará mañana, a las 18, en el cruce de las avenidas Mitre y Franco, de esa localidad bonaerense.

“Es el emplazamiento de un cartel de dos metros por tres que señaliza” el hecho, dijo Gazzanego.

Familiares de Cicutín y de Corbo pidieron al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Lomas de Zamora que fije fecha para la audiencia previa al juicio oral a los expolicías Osvaldo Lorenzón, Eduardo Gómez, Marciano González, Roberto Mantel, Hugo Reyes, Pablo Dudek, Julio Gatto, Marcelo Valenga y Marcos Rodríguez.

Gazzanego señaló que “durante seis años la abogada Liliana Martínez que representaba a tres de ellos puso trabas en la causa hasta que fue sancionada por los jueces y ahora defiende a otro de los acusados”.

“Vuelve a intentar dilatar la realización del juicio al pedir el apartamiento de mi abogado (Ciro Annicchiarico) pero ya lo rechazamos. Todo esto es muy largo, hasta el 30 de diciembre no había ninguna novedad, ahora tenemos que esperar a febrero”, aseguró.

La audiencia previa al debate oral había sido prevista por última vez para el 20 de marzo último pero a raíz del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) fue postergada sin fecha.

La “Masacre de Wilde” ocurrió el lunes 10 de enero de 1994, cuando policías de la entonces Brigada de Lanús persiguieron a los ocupantes de dos autos, presuntamente al confundirlos con un grupo de delincuentes que buscaban y los asesinaron a balazos.

Las víctimas fueron el remisero Corbo y sus pasajeros Mendoza y Bielsa, quienes viajaban a bordo de un Peugeot 505, y el vendedor de libros Cicutín, que se trasladaba en un Dodge 1.500, conducido por Claudio Díaz, el único que sobrevivió al ataque.

Según los peritajes, ambos vehículos y las víctimas recibieron unos 200 impactos de bala calibre 9 milímetros disparados con pistolas y al menos un subfusil Uzi.

Once policías fueron detenidos y luego sobreseídos. Tras apelaciones de familiares de las víctimas, en 2003 y en 2007 volvieron a ser sobreseído, pero la Suprema Corte de Justicia ordenó reabrir el expediente.

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