Esta vez ni siquiera enero le puso freno a la venta callejera, desplegada a sus anchas

Cada verano, por cuestiones estacionales, esta actividad ilegal aflojaba. Pero no es el caso en 2021. Sigue “a full” en plazas y veredas

Edición Impresa

Cada vez que llega el receso estival, factores estacionales, vinculados con la merma en el ritmo comercial que traen las vacaciones, se traducen en una merma de la actividad de la venta callejera ilegal en la Ciudad. Pero este año no parece ser el caso. Enero ya está por entrar en su recta final y lo que se vio en la vía pública platense fue prácticamente una continuidad de lo que fue el denominador común del 2020: manteros por todos lados.

Ayer nomás, tanto espacios verdes altamente transitados como las principales calles y avenidas del microcentro lucieron el típico despliegue de mantas y caballetes en los que se ofrecen todo tipo de mercaderías de dudosa procedencia.

¿Qué pasó? Comerciantes de distintos puntos del centro platense, molestos por esta situación, aventuraron que se combinaron distintos factores. La pandemia, claro, tuvo mucho que ver. “En los últimos años siempre se había repetido la misma lógica: diciembre es el mes más complicado. Sobre todo en las últimas semanas, cuando aumenta la conflictividad en la vía pública en general. En esos días la venta ambulante se dispara por las fiestas”, comentó el dueño de un local de indumentaria de calle 8. Pero al llegar enero, habitualmente la presencia de manteros “disminuye de forma drástica porque la mayoría se va a la costa atlántica o a otros destinos turísticos”.

Eso no fue lo que pasó este año. “Esta vez es diferente- agregó-. En la costa hay muchos menos turísticas que otros años por el coronavirus, entonces se ve que muchos vendedores optaron por quedarse”, señaló.

Bastaba nomás con pasar por la plaza Italia, donde la feria que suelen montar para ofrecer, sobre todo, indumentaria usada, se desplegaba como en pleno diciembre. Como se recordará, la plaza de 7 y 44 se convirtió en “sede” de una feria de ropa usada entre fines de julio y principios de agosto de 2019, después de que desarticularan la que se montaba en la Plaza San Martín. A partir de ese momento comenzó a crecer y crecer.

Otro punto donde llamó la atención la presencia de puestos fue en el Pasaje Dardo Rocha, donde se vieron ayer, al igual que en otras oportunidades, decenas de puestos, muchos de ellos bajo la modalidad de trueque.

Ni hablar de los corredores de calle 7 u 8, así como diagonal 80 entre la Plaza San Martín y la Estación de Trenes, otro de los puntos de mayor concentración de ambulantes.

El tema, claro está, preocupa a los comerciantes, que mientras apenas sobreviven en medio de la crisis económica, encuentran en la venta callejera una competencia desleal que no paga impuestos, tasas ni alquileres. Eso además de, en muchos casos, violar la ley de marcas y patentes. También los artículos 129, 132 y 133 de la Ordenanza Municipal Nº 6147/85, vinculados a la obstrucción y comercialización en la vía pública, entre otras.

“Cada vez hay mayor presencia -advertía, en un reciente artículo publicado por EL DIA, el presidente del área de los centros comerciales que funciona al interior de la FELP, Valentín Gilitchensky-. Creemos que el único modo de evitarla es con un relevamiento serio que indique cuántos manteros hay en la Ciudad y a partir de ahí empezar a controlar y a encontrar una solución para reubicarlos. Con los operativos esporádicos ya se ve que no se logra nada”.

En rigor hace años que sucesivas gestiones municipales procuraron, con diferentes estrategias, erradicar la venta callejera, prohibida por ordenanza desde hace décadas. Ninguna, se sabe, funcionó. Entre las últimas se recuerdan las denominadas “divisiones especiales”, el “shopping barrial” de 80 y 134 y los controles de los inspectores municipales, que se discontinuaron a punto tal que hace meses brillan por su ausencia.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE