El desafío que plantea la deficiente formación de los estudiantes secundarios

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El anuncio de que hoy y mañana se desarrollará un programa virtual destinado a vincular la secundaria y la Universidad, en el que los estudiantes con egreso este año podrán participar de charlas para tomar contactos con graduados de diferentes carreras de la Universidad Nacional de La Plata, si bien tiene aspectos positivos, remite una vez más a la necesidad de contar con una escuela secundaria de excelencia, capaz de preparar a los chicos que egresan para la vida universitaria que les espera.

La experiencia que puedan sumar en estas jornadas algunos alumnos del secundario podrá ser importante, pero resultará insuficiente frente a los déficits de formación que padecen, a partir de una declinación cada vez más ostensible en los métodos de enseñanza y en los ciclos educativos.

Tal como se informó en la edición de ayer, todas las actividades se realizarán a través de la plataforma de videoconferencias BigBlueButton (no requiere descargarse una aplicación ni consume datos), y se transmitirán en vivo, de manera libre y abierta, a través de https://venienvivo.unlp.edu.ar/.

Si bien no es de ahora, la brecha entre el nivel de calidad educativa entre el secundario y el universitario se vino agrandando en las últimas décadas y existen, por cierto, referencias objetivas muy conocidas que así lo atestiguan.

De modo que con programas que además son digitales -pues la Universidad, a partir de la pandemia y hasta ahora, desechó casi completamente la presencialidad- y que se realizarán en dos jornadas, será inevitablemente escaso el aporte que los jóvenes del secundario podrán recibir, más allá, como se ha dicho, del aporte que puedan brindar los graduados.

Se sabe que luego sobrevendrán los cursos destinados a los alumnos del secundario que comenzarán el año próximo su trayectoria universitaria, organizados por las distintas facultades.

En cuanto a la formación deficiente de los estudiantes secundarios, lo cierto es que existe un dato ciertamente inquietante de los últimos años: el que muestra que se vinieron observando declinaciones, más allá de las pequeñas oscilaciones estadísticas positivas que puedan registrarse, en los porcentajes de aprobados y desaprobados.

Está claro que es imprescindible encontrar alternativas frente a una situación que, evidentemente, expresa la grave crisis cualitativa que afecta al sistema educativo en general. Los distintos mecanismos puestos en práctica para generar un acercamiento entre el sistema educativo del nivel secundario al universitario son la prueba de ello.

Debe insistirse, sin embargo, en que la cuestión merece una enorme dedicación y que exige una atención prioritaria en los máximos niveles de conducción educativa. Mejorar la calidad de la enseñanza y garantizar una formación más sólida en los distintos niveles escolares debería ser, en efecto, un objetivo fundamental.

Se ha llegado a una situación de la que no será fácil salir. El deterioro integral del sistema educativo reconoce variables tan diversas como complejas. Pero es necesario que, paso a paso, se inicie un proceso de recuperación de la educación pública con la premisa básica de alcanzar niveles de calidad.

 

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