Tendencias: imaginar el futuro, los aciertos y errores a través de las distintas generaciones

Autores, cineastas, guionistas y estudiantes soñaron a lo largo del tiempo con muchas innovaciones que se hicieron realidad y otras no tanto. Cómo se vislumbran hoy los próximos años en pleno auge de la tecnología

Edición Impresa

¿Como fueron imaginando el futuro las distintas generaciones y cuanto se “acertó”?; y ¿como se imagina al futuro en la actualidad después de las conocidas explosiones tecnológicas?

A mediados de los 70, en los colegios platenses era muy común que los profesores invitaran a sus alumnos a componer redacciones en las que se esbozara como se viviría en los próximos años. “¿Cómo será el año 2000?”, preguntaban, y la mayoría hacía correr la imaginación con autos que volaban, carreteras en el aire o viajes a otros planetas. No estaban en el ideario común, sin embargo, elementos hoy cotidianos como los smartphones, ni siquiera los más básicos teléfonos celulares y mucho menos internet. No obstante, imaginar el futuro fue un ejercicio desde siempre, y hay muchos ejemplos que lo prueban, con muchísimos aciertos y también errores.

Recientemente, por caso, una firma de subastas inglesa encontró una colección de dibujos que muestra cómo las personas en la era victoriana pensaban que sería el futuro. Las ilustraciones, que se realizaron hace 120 años, fueron creadas por artistas franceses e incluyen colectivos acuáticos impulsados por ballenas, autos con alas, obreros submarinos y carteros voladores.

En 1910 se creía que en el año 2000 los carteros llevarían la correspondencia a bordo de pequeños aviones individuales, cuando la realidad mostró que la comunicación por carta fue desplazada por servicios de mensajería instantánea. Sin embargo, en pleno 2021, empresas de comercio online están experimentando con drones autónomos para realizar el reparto de pedidos, principalmente, en zonas de difícil acceso.

En 1939, la revista estadounidense de ciencia y tecnología “Radio Craft” imaginó un dispositivo que permitía ver imágenes de forma individual al que llamó “monóculo de televisión’’, y resulta muy similar a los actuales visores de realidad virtual. Y aunque resulte una tecnología reciente porque con los videojuegos estos elementos se introdujeron en las casas, lo cierto es que el origen de la realidad virtual se remonta a 1836, cuando Charles Wheatstone inventó el estereoscopio, y en 1968 aparecieron los primeros visores de realidad aumentada.

En 1910 se creía que en el año 2000 los carteros usarían pequeños aviones individuales

 

También la ciencia ficción se ha esforzado a lo largo de los años por predecir el futuro, y en sus relatos se pueden vislumbrar algunas respuestas. Por ejemplo, en “Fahrenheit 451”, la novela distópica de Ray Bradbury publicada en 1953 y llevada al cine por François Truffaut en 1966, el cineasta francés imaginó una sociedad donde la felicidad se obtenía a través de la pantalla de una televisión interactiva. En la actualidad, la interacción también está mediada por la pantalla de un teléfono celular o una computadora portátil.

Del mismo modo, en 1989 la segunda película de la trilogía “Volver al Futuro”, en la que Marty McFly y el científico Doc Emmet Brown viajan al año 2015, fue capaz de predecir algunos fenómenos que terminaron sucediendo. Por ejemplo, en una escena icónica, los miembros de la familia dan órdenes a los electrodomésticos inteligentes, como si se tratasen de una vieja versión de los actuales asistentes virtuales. Al mismo tiempo, Marty mantiene una videollamada con su jefe, una situación muy frecuente en la actualidad.

A su vez, en “Dick Tracy”, una película estadounidense de acción y comedia que se estrenó en 1990 y se basó en una historieta del personaje homónimo, su protagonista usa un reloj que podría equipararse con los actuales smartwatch. Fue así que el reloj de Dick Tracy se convirtió en un icono, y 70 años después de su primera aparición ya cuenta ahora con licencia oficial y se comercializa.

El Demoledor

Otro acierto pudo verse en “El Demoledor”, una película producida en 1993 pero que transcurre en 2032, donde la policía descongela a un ex agente encarcelado para que capture a su antiguo enemigo. La trama incluye autos autónomos como parte del escenario futurista, vehículos sin conductores que son activados por voz y funcionan con una especie de sistema de localización global similar al actual GPS.

Muchos años antes, en “Star Trek”, una serie cuyo primer episodio se estrenó en 1966, el Capitán Kirk y la tripulación del USS Enterprise que viaja por el universo para explorar nuevos mundos, ya habían utilizado un dispositivo similar al GPS. Además, muestran otras innovaciones tecnológicas que forman parte de nuestro presente, como el teléfono celular, la memoria USB, los auriculares y tecnologías similares al bluetooth.

Un último ejemplo, aunque abundan, se da en “2001 Odisea del Espacio”, una película de 1968 en la que la supercomputadora HAL 9000 guía a un equipo de tres astronautas para descubrir los orígenes de la humanidad, y los protagonistas Bowman y Poole ven un noticiero a través de una pantalla mientras comen, la “Newspad” que se asemeja a las tablets que se utilizan en estos días.

LOS ACIERTOS DE WELLS

El prolífico escritor, pensador, educador y novelista británico H.G. Wells, uno de los padres de la ciencia ficción, logró que muchos de los inventos fantásticos y tecnologías transformadoras de sus historias llegaran a convertirse en realidad. Y aunque la máquina del tiempo prometida en la novela de ese nombre de 1895 sigue en el plano de la fantasía, muchas otras como la ingeniería genética, la llegada a la Luna y las armas nucleares ya son parte de la historia real.

Las historias de ciencia ficción de Wells, que interpelan a repensar qué significa ser humano o el rol de la tecnología, retornan, en muchos casos, varios años después con las impresiones propias del mundo real.

En “El mundo se libera”, de 1914, el autor usó el término “bomba atómica” para referirse a artefactos que podían explotar continuamente usando el poder de la radioactividad, y anticipó el problema de la proliferación al advertir que solamente “un gobierno global” podría impedir que las naciones se destruyeran con armas nucleares.

En “La guerra de los mundos” predijo conflictos biológicos, y en “Los primeros hombres en la Luna”, de 1901, narró como el satélite de la Tierra era habitado por una civilización subterránea de Selenitas. Aunque esa historia dista de ser real, la aventura lunar de Mr. Bedford y Dr. Cavor fue un anticipo del alunizaje de la Apollo 11 en 1969.

Los experimentos del doctor en “La isla del doctor Moreau”, de 1896, con creación de híbridos de animales y humanos, podrían ser interpretados como una crítica distópica a algunos aspectos de la ciencia genética moderna. En la historia de Wells, los embriones de híbridos de interespecies conocidos como “quimeras” son similares a los que actualmente son creados para la investigación médica. No por nada se considera a Herbert George Wells, quien nació el 21 de septiembre de 1866 en Bromley, Kent, en plena época victoriana, como uno de los creadores del género literario de la ciencia ficción, junto a Hugo Gernsback (1884-1967) y a Julio Verne (1828-1905).

Sin embargo, no todas sus visiones fueron aciertos, hasta ahora, como cuando produjo la primera invasión alienígena de la literatura, alcanzando un potente efecto en el género, que revisó y reprodujo la idea un sinnúmero de veces, ya que “La guerra de los mundos” tuvo varias adaptaciones, siendo la más famosa la versión radiofónica que hizo Orson Welles en 1938, por las escenas de pánico que provocó entre muchos ciudadanos de Nueva Jersey y Nueva York que creyeron que estaban escuchando un reporte real de la llegada de los marcianos a la Tierra.

Algunos señalan que en muchos años la deriva continental hará que cambie el mapamundi

 

Y “La máquina del tiempo”, de 1895, es una novela inspirada en la teoría darwiniana, en la que un científico construye un artefacto que le permite viajar a través del tiempo, se traslada hasta el año 802701, y descubre que la humanidad evolucionó en dos razas separadas: los Eloi y los Morlocks, aunque aquella tecnología inventada en la obra de Wells, a diferencia de otras, aun no ha demostrado correlato con la realidad.

La Máquina del Tiempo

IMAGINAR EL FUTURO EN PLENO AVANCE DE LA TECNOLOGÍA

Actualmente, series de ciencia ficción como “”Years and Years” y “Black Mirror” proyectan un futuro cercano atravesado por la tecnología y proponen novedosos dispositivos de comunicación. Desde personas reales corporizadas en objetos hasta hologramas que modifican radicalmente el concepto de distancia, física y emocional.

La realidad virtual y la tecnología de hologramas aplicadas al ámbito familiar podrían, por ejemplo, hacer que las familias no necesiten estar físicamente juntas, y también volver presentes a seres queridos después de fallecer, con la memoria de los chatbots. Incluso, permitirían componer una mejor versión de ellos y hasta inventar nuevos familiares.

En el terreno de la comunicación, abundan los avances para crear un lenguaje universal. Google implementó un sistema de traducción instantánea en la navegación de Internet. ¿Pero será posible durante una videollamada entender de manera simultánea a los participantes hablando distintas lenguas? Google está desarrollando un proyecto de traducción simultánea, una especie de Torre de Babel de última generación. Y en simultáneo, Amazon avanza en un proyecto que permitiría comunicarnos con otras especies.

¿Cuántos de los dispositivos de comunicación que autores, cineastas y guionistas imaginaron son una realidad en nuestro presente? ¿Cómo nos comunicaremos en los próximos años?

Seguramente, la humanidad, para satisfacer su curiosidad natural, seguirá investigando en busca del conocimiento de todos los fenómenos que le rodean, lo que le permitirá crear nuevos avances tecnológicos con los que buscará alcanzar metas como colonizar la luna y quizás otros planetas tomando como base la estación espacial internacional; modificar sus propios genes, crear órganos para trasplantes, curar enfermedades, etc.

Es muy difícil precisar que ocurrirá en un futuro más lejano, pero ya hay científicos que piensan que la Tierra ya no será como la conocemos hoy día.

Algunos señalan, por ejemplo, que dentro de muchos años la deriva continental hará que cambie el mapa actual de los continentes, y que, por caso, el Mar Mediterráneo es posible que se transforme en un mar interior que será cada vez más salado por la evaporación hasta que llegue a secarse por completo.

Y otros señalan que si la evolución de los continentes se mantiene, en miles de años dejará de existir el Océano Atlántico, formándose un supercontinente al que los científicos llaman Pangea Última, siendo posible entonces caminar desde el oeste de América hasta el este de África. Esos cambios naturalmente afectarían también a los seres vivos, con nuevas especies que habrán surgido y otras muchas que habrán desaparecido, mientras que también el hombre posiblemente sufra cambios, aunque todavía nadie se atreva a imaginar en qué sentido.

Farenheit

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE