Cuidar al hígado: una proteína en el radar de investigadores locales
Edición Impresa | 4 de Octubre de 2021 | 01:49

Un grupo de investigadores locales del Conicet, que se desempeñan en el Instituto Tecnológico de Chascomús -INTECH, UNSAM, CICPBA- comprobó la acción de una proteína sobre el hígado y su capacidad antitumoral y como reparadora de heridas cutáneas y de antienvejecimiento.
Se trata de un descubrimiento basado en una proteína en células humanas que había sido hallada en 2013, cuyos efectos fueron ahora publicados en la revista “Frontiers in Cell and Developmental Biology”, en la que los científicos dieron cuenta de su acción como agente capaz de prevenir el desarrollo de la fibrosis hepática, una enfermedad que, de no tratarse, puede derivar en cirrosis, falla hepática o cáncer de hígado.
“Alrededor del 45 por ciento de las muertes en el mundo desarrollado se debe a fibrosis severas”, destaca Ricardo Dewey, autor responsable de la reciente publicación y asesor científico y co-fundador de la empresa de base tecnológica “RadBio”.
La fibrosis consiste en la producción en exceso de tejido conectivo fibroso en lugar del tejido natural de un órgano durante un proceso reparativo, y puede producirse en cualquier órgano del cuerpo luego de una lesión o daño crónico o repetido.
El científico comentó que “en el hígado, ante infecciones virales y parasitarias, o por el consumo excesivo de alcohol o dietas ricas en grasas y azúcares, se genera fibrosis. Y si no se combaten las infecciones o se continúa con esos excesos, se desarrolla una fibrosis hepática que puede derivar, entre otras cosas, en una cirrosis”.
Dewey explicó que lo que se desarrolló “fue una tecnología consistente en una proteína de fusión, compuesta por la proteína descubierta en 2013, y un fragmento de un anticuerpo humano que se probó en un modelo animal de fibrosis de hígado”.
“Inicialmente -señaló - lo que hicimos fue modificar genéticamente el hígado para que ese órgano genere la proteína de fusión, y pudimos comprobar que previene significativamente el desarrollo de la fibrosis”.
Ensayos posteriores también incluyeron la administración de la proteína de fusión purificada por vía endovenosa, simulando lo que sería una potencial estrategia terapéutica, y se vio además la reversión de la fibrosis, y según precisaron los investigadores locales, se revertió “no solo en fibrosis hepática, sino también en fibrosis cutánea y pulmonar”.
“Es que esta proteína profibrótica que utilizamos como blanco – detalló Dewey - no solo genera fibrosis, sino que también cumple un papel fundamental en el desarrollo de tumores, por lo que atacar y disminuir su presencia puede facilitar que el sistema inmune los detecte. Esta capacidad antitumoral de la nueva proteína ya la pudimos comprobar en modelos animales de cáncer de colon y de mama”.
Por otro lado, el investigador agregó que “otra cosa que observamos es que nuestro desarrollo tecnológico acelera significativamente la reparación de heridas cutáneas, y hemos obtenido evidencias iniciales que indican que podría usarse también como una estrategia para disminuir el envejecimiento de la piel”.
Cabe destacar que esta herramienta biotecnológica desarrollada por investigadores locales cuenta con ocho patentes de invención otorgadas en Estados Unidos y varios países de Europa a nombre del Conicet y la Fundación Articular.
LA FIBROSIS
La fibrosis consiste en la producción en exceso de tejido conectivo fibroso en lugar del tejido natural de un órgano durante un proceso reparativo, y puede producirse en cualquier órgano del cuerpo luego de una lesión o daño crónico o repetido.
“Un pulmón, por ejemplo -explica el investigador Ricardo Dewey - necesita ser flexible para realizar su trabajo de intercambio gaseoso. Si se lesiona, va a requerir repararse y cicatrizar rápidamente de alguna manera, entonces el organismo genera un tipo de células, denominadas miofibroblastos, que producen grandes cantidades de proteína para mantener la integridad del tejido, y la acumulación de ellas provoca fibrosis. Esto da como resultado una superficie endurecida que distorsiona la arquitectura del tejido, limitando su función. Con el hígado sucede lo mismo, ante infecciones virales y parasitarias, o por el consumo excesivo de alcohol o dietas ricas en grasas y azúcares, se genera fibrosis. Si no se combaten las infecciones o se continúa con esos excesos, se desarrolla una fibrosis hepática que puede derivar, entre otras cosas, en una cirrosis”.
El equipo de Dewey descubrió que la proteína encontrada en 2013 en el INTECH neutraliza la acción de una molécula o factor de crecimiento denominado TGF-, conocido como el “regulador maestro de la fibrosis”. Este está presente en todos los órganos, pero exacerbado en aquellos tejidos fibróticos, por lo tanto al inhibirlo se frena su acción y se revierte la fibrosis.
“Para aumentar la durabilidad de la proteína en el organismo -describió el investigador - nuestra búsqueda se orientó hacia una estrategia que sirviera para darle estabilidad y así poder evaluar su potencial terapéutico, y lo que desarrollamos fue una tecnología consistente en una proteína de fusión, compuesta por la proteína descubierta en 2013 y un fragmento de un anticuerpo humano, y la probamos en un modelo animal de fibrosis de hígado. Inicialmente, lo que hicimos fue modificar genéticamente el hígado para que ese órgano genere la proteína de fusión, y pudimos comprobar que previene significativamente el desarrollo de la fibrosis”.
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