“Con la cuarentena, se agudizaron estas patologías”
Edición Impresa | 6 de Octubre de 2021 | 03:02

El caso de Alejandro Maldonado (41) tiene reminiscencias con otros hechos recientes en los que una persona con evidentes problemas psiquiátricos suscita una situación violenta. Para el consultor de seguridad Diego Ángeles, este tipo de episodios extremos requieren de una solución integral que debería comenzar mucho antes del hecho en sí.
Al ser consultado por este medio sobre lo ocurrido en Caseros (ver nota principal), Ángeles explicó que “la toma de rehenes es un caso muy particular. Cuando estás en una coyuntura así, se define la gravedad de la situación, luego se contiene, se evalúa qué está ocurriendo y por qué está ocurriendo, dando paso a la información de inteligencia (investigar sobre el perfil del sospechoso, qué lo motiva, si esta armado), pasando a ‘blindar’ la zona”.
No obstante, remarcó que “cuando se abordan estas situaciones de crisis, se tienen que resolver con las fuerzas especiales”. En ese punto, Ángeles analizó la realidad que afrontan los agentes en este tipo de actuaciones y señaló que “en casi todas las intervenciones, el primer respondiente es el policía de calle, es el primero que llega a la escena. Es quien hace el contacto inicial y quien tiene información esencial. Por eso es un punto importante que tengan una capacitación en situaciones de crisis con toma de rehenes”.
Asimismo, refirió que “nosotros elevamos una nota al Ministerio de Seguridad poniendo a disposición una formación policial para ‘Contención de Personas con Facultades Mentales Alteradas’. Se ha venido desarrollando un proceso de desinstitucionalización de las personas que sufren enfermedades mentales, con una mayor participación de los usuarios y sus familias, que hacen que la enfermedad mental se presente en una forma más abierta y compartida, donde tienen cabida múltiples responsabilidades y prontas respuestas por parte de los equipos policiales”.
En tanto, alertó que “por segunda vez sucede un hecho trágico con un común denominador (un sujeto alterado) que termina mal. Esta era una persona que ya tenía antecedentes: lo de él no era pedir un rescate o dinero, era su mujer”. A ese respecto, puntualizó que “con la cuarentena, se despertaron o se agudizaron estas patologías -en algunos casos preexistentes-, por eso lo veo como una necesidad esencial capacitar a quienes se van a enfrentar a estas situaciones”.
Y adelantó que podría tratarse de hechos que, en un futuro próximo, podrían suceder con frecuencia: “Creo que va a ser algo recurrente. El encierro genera un impacto que no ha sido cuantificable, y no hubo ni hay un estudio profundo que pueda detectar el daño ocasionado por el ASPO a nivel general psicológico en los distintos grupos”. Esto, prosiguió, “permitiría tener una alerta temprana, es decir, prevenir”.
Por último, resaltó que “es importante destacar que cada hecho nos deja una enseñanza. El tema es si después podemos aprender de eso y aplicarla luego.”
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