Bautista Kociubinski fue el gran ausente, pero sin aviso
Edición Impresa | 28 de Noviembre de 2021 | 04:18

Ante la baja de Jorge Rodríguez y de David Ayala, Bautista Kociubinski venía siendo el designado por Rircardo Zielinski para hacer las veces de volante central. Sin embargo, cuando parecía que ante Vélez en UNO se iba a repetir dicha situación, el categoría 2001 no pudo ser de la partida y ni siquiera ocupó un lugar en el banco de los relevos. ¿Qué fue lo que pasó con el pibe?.
Kociubinski arrastraba tres tarjetas amarillas dentro del certamen de Primera División. El volante había visto el cartón ante Atlético Tucumán, en empate 1 a 1 en UNO, frente a Lanús, en otra igualdad por el mismo marcador pero en La Fortaleza Granate, y ante Godoy Cruz, en el 3 a 1 de la fecha anterior en Mendoza.
Pese a esto, el nacido en la Ciudad traía de arrastre, además, dos tarjetas amarillas del Torneo de Reserva, las cuales, por reglamento, se computan junto a las del certamen profesional, llegando así a las cinco, por lo que debió cumplir una fecha de suspensión, lo que sucedió ayer ante Vélez.
UNA SITUACIÓN CONFUSA, CON DESENLACE A ÚLTIMO MOMENTO
Según lo que se pudo averiguar, Bautista Kociubinski aparecía hasta el jueves por la noche con tres tarjetas, las mismas recibidas en el marco de la Primera División.
Ante esto, todo Estudiantes interpretó, lógicamente, que podría jugar ayer por la noche ante el Fortín, por lo que Zielinski lo tenía como uno de sus hombre titulares. Sin embargo, entre el viernes por la noche y la mañana de ayer, aparecieron en el COMET, que es el sistema de datos que utiliza el arbitraje, las dos tarjetas de la Reserva. Es por eso que el Pincha fue notificado y el nacido en la Ciudad el 26 de abril de 2001 debió seguir el partido desde una de las tribunas del Jorge Luis Hirschi.
De esta manera, y sin desearlo, el volante central se limpió de cara al clásico del próximo domingo en el Bosque.
ZUQUI-SÁNCHEZ MIÑO, EL TÁNDEM EN EL MEDIOCAMPO
Ante la ausencia de un volante central puro, Zielinski optó por “cerrar” a Juan Manuel Sánchez Miño para juntarlo con Fernando Zuqui en la función de doble comando. Y lo cierto es que la dupla, acostumbrada a jugar casi siempre con “5” puro, rindió, al igual que todo el equipo.
En el primer tiempo la presión colectiva fue su gran aliado, ya que en ningún momento permitieron a los volantes de Vélez recibir y girar rápidamente para quedar de frente al arco de Mariano Andújar.
Además, trabajaron bien cerrando el medio en todo momento, por lo que el Fortín debió hacerse ancho y en algunas oportunidades terminó tirando centros al área, cuestión que claramente le convenía al local, que tiene una de las duplas centrales más altas de todo el torneo.
Ante la urgencia, Zielinski optó por la experiencia y confió en ellos. Y tanto Zuqui como Sánchez Miño estuvieron a la altura.
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