Usaron un camión para cometer una entradera
Edición Impresa | 16 de Diciembre de 2021 | 04:02

Una jubilada, su esposo y la mujer que cuida de este último atravesaron una experiencia de terror en una casa de Tolosa, en donde irrumpieron delincuentes armados después de apelar a un engaño del que hasta ahora casi no hubo reportes. Más allá de las amenazas y la sujeción que sufrieron las dos mujeres, ninguno de los tres fueron agredidos y los intrusos escaparon con dinero en efectivo y joyas, confirmaron fuentes oficiales.
Aunque recién trascendió ahora, la entradera ocurrió el lunes pasado en una vivienda situada en la zona de 530 y 29, cuando su dueña, de 83 años, advirtió que un camión había parado frente a su domicilio, lo que le llamó la atención. Esperó algunos minutos, convencida de que debía tratarse de una maniobra provisoria, pero al ver que pasaba el tiempo y el camión continuaba donde lo dejaron, salió a la calle decidida a reclamar.
Lo que no sospechó fue que un par de personas fueran a sacar provecho de eso. Los investigadores presumen que ambos incidentes están conectados; o, dicho de otro modo, que quienes estacionaron el vehículo allí lo hicieron esperando a que alguien saliera a exigir que lo movieran. Con barbijos, guantes, anteojos de sol y ropas oscuras, los dos sujetos amenazaron a la mujer con un arma de fuego mientras le ordenaban que reingresara en la vivienda, flanqueada por ellos.
Una vez que ganaron el interior de la casa, los asaltantes redujeron también a la mujer que se ocupa de asistir al esposo de la jubilada, quien padece una discapacidad, según fuentes oficiales.
A ellas dos las maniataron sujetándoles las muñecas, en la creencia de que quizás podían arriesgar alguna maniobra de resistencia. Al hombre, por suerte, no lo tocaron.
CON LA PLATA Y JOYAS
Con el control absoluto de la situación, los asaltantes se dedicaron a exigir una suma de dinero que “sabían que la familia tenía”, aportó una fuente del caso.
“No los maltrataron, ni gritaron, ni faltaron el respeto. Siempre hablaron bien”, amplió el mismo vocero reproduciendo los datos aportados por los propios damnificados.
Con el objetivo de que todo terminara cuanto antes, la dueña de la casa reveló el sitio preciso en el que guardaba el efectivo. Con los 100 mil pesos que la familia había cobrado una hora antes por el alquiler de una propiedad, aros y cadenas de oro que hallaron tras revolver algunos cajones, los ladrones por fin se fueron dejando a las mujeres atadas y con la puerta cerrada con una llave que dejaron colocada por afuera. Las mujeres se asomaron por una ventana para pedir ayuda y un vecino las liberó.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE