VIDEO. El viejo Cementerio y la "Calle de la Amargura": secretos vigentes de Tolosa a 150 años de su fundación
| 20 de Diciembre de 2021 | 11:48

Tolosa celebra hoy sus primeros 150 años de vida y con motivo de conmemorar este día especial el joven escritor e investigador platense Nicolás Colombo recordó, en diálogo con EL DIA, dos secretos vigentes de esa localidad, los cuales si bien todavía circulan entre los tolosanos muchos aún no conocen. Se trata del viejo Cementerio que antecedió al de La Plata y la denominada "Calle de la Amargura".
Colombo explicó que "mucha gente no sabe que Tolosa es un barrio previo a la Ciudad de La Plata" y que tampoco sabe que Tolosa tenía un cementerio, que estuvo funcionando hasta que se inaugura el cementerio de La Plata en 1887". Según pudo indagar, la necrópolis tolosana "quedó abierta unos años más, hasta 1914 ó 1915, porque la gente seguían yendo a llevar flores y a rendir homenaje a los difuntos".
Lo cierto es que después de ese tiempo "no se permitió hacer más entierros y se trasladaron los restos que estaban acá. Porque era un cementerio que se había creado después de la fiebre amarilla que fue hasta 1871/1872".
Acerca de los orígenes de aquel Cementerio de Tolosa, contó que "en 1873 el Municipio de la Ensenada, que era al que pertenecían estas tierras, decide fundar un cementerio aquí, chiquito, de una hectárea, en lo que hoy sería calle 118 y 525".
De acuerdo a las descripciones que logró recabar, el predio "estuvo separado entre católicos y protestantes, con algunas bóvedas y panteones, y estaba separado del poblado por una pared o alambrado". "Era algo sencillo", pero "inseguro", sostuvo.
Uno de sus inconvenientes, comentó era que "estaba cerca del Arroyo El Gato, ya que cuando había una creciente, las aguas subían". "Según algunos testimonios los cuerpos se hinchaban y se reventaban los ataúdes", contó Colombo.
El escritor aseguró que el cementerio fue "quedando chico" y que al poco tiempo se inauguró Cementerio de La Plata". En ese momento "deciden trasladar los restos". "Incluso muchos años más tarde, en la década de 1930, seguía abierto el osario común. Por ahí algún estudiante de Medicina venía al osario a buscar restos para sus estudios", expuso.
La Calle de la Amargura
A su vez, el escritor recordó que "acá hay un cartel que se llama la Calle de la Amargura, que es la calle 118", a la cual, señaló, "se la conoce de hace muchísimo tiempo con ese nombre".
Según averiguó respecto de esa denominación, "por esta calle transitaban los cortejos fúnebres. Hace poco se puso una placa restaurada. Alguien ahora le dio con un aerosol negro. Me comentaron que por ese cartel un comerciante supersticioso empezó a tener malas ventas. Y como no pudo removerlo, lo pintó con un aerosol".
También apuntó sobre este corredor no apto para supersticiosos: "Mucha gente recuerda que en la zona de 525 y 118 con la abertura de calles y obras mucha gente se ha encontrado con restos óseos. Hoy hay un barrio, gente viviendo, y muchos han encontrado restos óseos. Me ha tocado hablar con ellos y muchos no sabían que había un cementerio en el lugar".
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