Después de más de un año y en plena tensión, el Presidente vuelve a reunirse con el campo
Edición Impresa | 10 de Febrero de 2021 | 02:29

En un clima de tensión, similar al que precedió la última vez que se vieron (hace más de un año, el 23 de diciembre de 2019, tras una suba de retenciones), el presidente, Alberto Fernández, recibirá esta tarde a las entidades que integran la Mesa de Enlace del campo: la Sociedad Rural Argentina (SRA), Coninagro, Federación Agraria y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
La cita -pautada para las 15.30 en la Casa Rosada- llega luego de que el domingo Fernández advirtiera sobre un nuevo incremento en las retenciones o cupos para exportar como medida para contener los precios de los alimentos (por entender que los valores de los commodities inciden en la inflación). Y después del enérgico rechazo de los dirigentes rurales, que insistirán en la poca influencia del sector sobre los precios en góndola, además de volver a poner ante la mesa del primer mandatario un documento con 14 puntos que le presentaron cuando era candidato.
A lo largo de las ocho páginas de ese texto se enumeran propuestas de índole financiera, de fortalecimiento de las economías regionales e impositivas (proponen, por ejemplo, la eliminación de gravámenes “distorsivos” y un nuevo esquema tributario que incluya incentivos fiscales especiales para los productores de menor escala). Y, sobre todo, hacen hincapié en la eliminación de las retenciones, “un mal impuesto” que “no tiene en cuenta la rentabilidad de los productores, desincentiva la inversión y reduce la competitividad de las exportaciones”.
Hoy, la soja paga un 33 por ciento en derechos de exportación y cualquier suba debería votarse antes en el Congreso. En trigo y maíz, el tributo es del 12 por ciento y, aunque el Gobierno podría incrementarlo en otros tres puntos, también necesita del aval del Legislativo.
“Vamos a la reunión con el Presidente con el objetivo de retomar el diálogo. También apuntamos a explicarle cuál es el verdadero rol del productor y cómo se forman los precios. Por ejemplo, el productor vende novillos en su mayoría en remates públicos y no decide el precio de la carne en góndola. Tampoco decide su destino, si es de exportación o para consumo interno”, explicó el vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Carlos Vila Moret, que también alertó sobre “el efecto devastador que tienen las retenciones y los cupos en la producción” para el sector.
Desde el Gobierno, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, apuntó ayer que “en el campo hay algún sector -minoritario- que forma parte abiertamente de Juntos por el Cambio” y que la Rosada busca “lograr que los intereses del sector no atenten contra los objetivos centrales que son el crecimiento, la recuperación del salario real”. Pero que “si no se hace ninguna medida compensatoria, el precio internacional se traslada a la mesa de los argentinos. Eso es lo que buscamos evitar a toda costa”.
Otra visión aportó el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien en plenas negociaciones con el FMI, consideró que la inflación “es un problema principalmente macroeconómico” y que “se la ataca por ahí”. Subrayó que es necesario que crezcan las exportaciones para que hayan más divisas y que “hay que tener cuidado con la emisión monetaria porque una parte va a buscar divisas y eso pone presión sobre el tipo de cambio. No hay nada más regresivo que un salto cambiario brusco y grande”.
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