Baltasar Comotto: “El magnetismo con la gente es ireemplazable”

El guitarrista del Indio vuelve al ruedo el miércoles para repasar sus temas, tocar algunos clásicos y adelantar su nuevo disco

Baltasar Comotto vuelve a su lugar en el mundo: los escenarios. El reconocido músico que participó de las bandas de Luis Alberto Spinetta y Andrés Calamaro, y actualmente es guitarrista del Indio Solari y Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, inició en febrero su gira 2021, la que lo llevará el miércoles a las 22 a presentarse en el Dunkue Food & Bar (Garibaldi 278, Quilmes).

La presentación en la vecina localidad será apenas la cuarta para Comotto con público presencial, tras dos shows en Ramos Mejía y la presentación en el Anfiteatro Parque La Estación Porteño, y la ilustre guitarra del rock nacional no puede estar más contenta: “Está buenísimo poder volver a los escenarios, reencontrarse con el público, con la interacción con la gente”, afirma, en diálogo con EL DIA, Comotto, para quien el vivo no tiene alternativa: “El magnetismo que tenés con la gente que tenés en frente no se puede reemplazar. Yo de todos modos tengo una manera de interpretar que me mimetizo mucho con el instrumento, pienso que estoy tocando para 50 mil personas… y por ahí no hay nadie. Pero ahora, abrís los ojos y no tenés la gente adelante: ese calor es lo irreemplazable, la energía que eso te genera”.

Comotto, que ayer anunció que también volverá a tocar junto a Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado (el sábado 17 de abril, aunque vía streaming), repasará sus anteriores discos, “Rojo” (2005), “Blindado” (2011) y “Élite” (2017), tocará algunos clásicos y también adelantará temas de su próximo disco, “Empieza la cacería”, compartiendo escenario con el multifacético Macabre de Catupecu Machu, en guitarra, teclado y programación. “Una nueva formación, que surgió a partir del streaming que hice en diciembre”, cuenta Comotto, recordando aquel show por streaming con gran producción que el guitarrista lanzó al mundo virtual cuando la pandemia impedía otras formas de tocar.

En ese sentido, el reencuentro con el público marca una especie de punto final a esa pesadilla: “Fue un año difícil para todos los músicos”, comenta al respecto. “Y no tener contacto con el público fue bravo, más porque veníamos de una marea, de tocar bastante. Pero nos la rebuscamos, como todo el mundo. Y surgieron cosas copadas, proyectos alternativos desde la casa, temas con amigos, que hubiera sido imposible de forma presencial…”

Comotto realizó shows por streaming, colaboró con varias bandas nacionales “que también están dándole batalla a la cuestión” y procuró no frenar, porque “es lo que quedaba por hacer: no bajar los brazos ante una situación tan difícil. Sirvió para distraer la mente, más allá de cualquier tipo de rédito, hasta volver a tocar. La cuestión era no desesperarse, y hacer cosas creativas para que todo esto pase lo más rápido posible y se pueda volver al vivo, que es lo que más me gusta: me gusta grabar, pero lo que más me gusta es la interacción con la gente”.

También aprovechó para afinar detalles de su disco por venir, “Empezando la cacería”, aunque, confiesa, con la situación económica que planteó la pandemia, y siendo él un artista independiente, fue complicado, y “todo se extendió un poco más. Lo podríamos haber terminado el año pasado”.

Es un trabajo, define, que continúa los rumbos de “Elite”, “un disco de electro-rock, con una sonoridad espesa, bastante industrial, con algunos temas más acústicos”, pero con temas más cortos: “Es un disco más efímero, más rápido, más anfetamínico. Quería provocar emociones que van alineadas con lo que nos toca vivir”.

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