El castillo viajero de D’Amico

Ese edificio señorial se instaló donde hoy se encuentra el Colegio Nacional, a las puertas del Paseo del Bosque

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A finales del siglo XIX y hasta entrado el siglo XX fue común que desde la Argentina se importaran casas prefabricadas de madera que, en esa época, resultaban ser verdaderos castillos, tanto por sus dimensiones como por la calidad de los distintos ambientes. Esas casillas eran enviadas, desarmadas pieza por pieza, fundamentalmente desde EE UU, Suecia y Alemania.

En La Plata, cuando se construía y se registraba escasez de ladrillos, se decidió importar modelos de estas casillas desde EEUU. Muchas de ellas sirvieron para hogar de los obreros que levantaban la nueva ciudad. Pero también se dispuso importar un chalet especial que sirviera en 1885 como residencia del entonces gobernador Carlos D’Amico.

Ese edificio señorial se instaló donde hoy se encuentra el Colegio Nacional, es decir a las puertas del paseo del Bosque. Sin embargo -según dice el historiador Nicolás Colombo- “D’Amico nunca lo utilizó ya que optó por edificar su vivienda frente a la Catedral, donde actualmente funciona el Arzobispado de La Plata; en cambio, fue usado por los gobernadores Máximo Paz (1887-1890), Guillermo Udaondo (1894-1898), Marcelino Ugarte (1902-1906) e Ignacio Irigoyen (1906-1910)”.

LUJO

Según crónicas de la época, el aspecto de este chalet era “el de un verdadero ramillete ampliado por grutas, pajareras, jardines, etcétera. El confort interior es de un lujo sorprendente. Los muebles del salón son de ébano, calados, de Persia, y tapices blancos de tisú”. Tenía también una fina selección de muebles y adornos de lujo, ya que según se aseguraba “en estatuas de mármol y bronce; en cuadros al óleo y bajorrelieves, no hay ni más ni mejor en todos los bazares de la calle Florida de Buenos Aires”.

Tal como suele suceder con residencias oficiales, unos años después se instaló allí el Instituto de Higiene Experimental, y la estructura fue desarmada cuando se decidió construir el Colegio Nacional.

Unos años después -sigue diciendo la reseña de Colombo- “el intendente Luis Doyhenard dispone volver a construirlo en 14 y 56 para que sirviera de residencia a los mayordomos de la Dirección General de Escuelas. Al no ser utilizado para tal fin, se resuelve trasladarlo nuevamente a 12 y 70, donde durante varios años sirvió de sede al club Gimnasia y Esgrima La Plata que tenía allí su estadio de fútbol”.

Se le llamó, con razón, el “chalet viajero”, por el prolongado derrotero que le tocó vivir, ya que posteriormente volvió al Paseo del Bosque y funcionó como vestuario de los jugadores de Gimnasia, que ya se había instalado en su actual radicación de 60 y 118.

 

 

 

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