Necesidad de extremar recaudos en las rutas en los días de Semana Santa

Edición Impresa

La llegada del feriado de Semana Santa y el previsible mayor movimiento que habrá en las rutas provinciales y nacionales aconsejan –sobre todo si se confronta esa realidad con los numerosos accidentes que se vienen registrando en esas vías camineras- remarcar el pedido de que todos los automovilistas adopten actitudes prudentes en el manejo y otros recaudos para evitar situaciones de riesgo.

En nuestra provincia, en lo que va del año se registraron especialmente en la ruta 11 -que enlaza a varias localidades de la Costa Atlántica- numerosos choques múltiples, vuelcos y despistes, que dejaron el saldo de muertos y heridos.

Bien se conoce que año tras año la situación se vuelve más crítica, no sólo por el crecimiento del parque automotor sino por el deficiente estado que presenta la mayoría de las rutas.

Los datos estadísticos que ofrecen entidades como Luchemos por la Vida no dejan lugar a dudas sobre los resultados negativos y preocupantes que se ofrece. Así, a lo largo de 2020 fueron 4.986 las víctimas fatales por accidentes de tránsito en nuestro país. De ellas, 1.700 correspondieron a choques o vuelcos registrados en la provincia de Buenos Aires en los últimos doce meses computados. En ese año se registró una baja de la siniestralidad, atribuida a la vigencia de las restricciones a la circulación social derivadas de la pandemia.

Lo cierto es que la Argentina ostenta uno de los índices más altos de mortalidad por siniestros de tránsito. Las cifras registradas en 2019 fueron elocuentes: 19 personas murieron por día; hubo 6.627 víctimas fatales por año, mientras que unas 120 mil personas sufrieron heridas de distinto grado y quedaron miles de discapacitados entre enero y diciembre de ese año.

De allí que parezca necesario remarcar la necesidad de que se adopten especiales recaudos para evitar accidentes de tránsito. En tal sentido, son tan importantes los controles que se realicen como la mayor racionalidad de los propios automovilistas. Y no son pocos los especialistas que le asignan a este último aspecto, es decir a la disciplina y prudencia con que actúen los conductores, mayor incidencia efectiva que al poder controlador y sancionador del Estado.

Estas conductas que se requieren se convierten en absolutamente prioritarias cuando, como se ha dicho, se aguardan mayores flujos de vehículos. Porque, pese a todo, las cifras de muertos y heridos en accidentes siguen siendo verdaderamente escalofriantes en nuestro país y deberían provocar una reacción enérgica, tanto del Estado -que debe garantizar condiciones adecuadas de seguridad en las rutas y controles eficaces- como de la propia ciudadanía, que debe asumir una actitud de mayor responsabilidad y cautela a la hora de conducir un vehículo de cualquier tipo que sea.

La exhortación de los expertos, en el sentido de que no es conveniente viajar de noche ya que, está comprobado, durante esas horas se triplica el riesgo accidentológico; de que todos los ocupantes viajen con los cinturones de seguridad colocados -también en los asientos traseros, incluyendo a los niños y bebés en sus sillas-; de no incurrir en excesos de velocidad, no sobrepasando los 100 km/h; de no ingerir alcohol antes ni durante el viaje; de comer liviano y descansar por lo menos 10 minutos cada dos horas de manejo, forman parte del cuerpo de sensatas recomendaciones que debieran respetarse. Ello, sin olvidar que el deficiente estado de las rutas obliga a una mayor prudencia a los conductores.

Se trata de cuidar la propia vida y la de terceros. Para eso, no hay exceso que esté justificado ni desatención que pueda ser permitida. Cabe esperar, entonces, que estas jornadas de Semana Santa no se vean empañadas por nuevas tragedias en las rutas.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE