Un comerciante que da cátedra de solidaridad en pandemia
Edición Impresa | 23 de Abril de 2021 | 03:24

El año pasado en el peor momento de la cuarentena muchas familias perdieron sus fuentes de ingreso y entraron en una situación de ahogo económico en donde llevar el plato a la mesa todos los días se volvió una misión cuesta arriba. A la par, emergieron emprendimientos vecinales para ayudar a los que menos tienen y que perduran con el paso de los meses o vuelven a retomarse debido a la persistencia de la pandemia y los consecuentes impactos en los hogares.
Uno de estos proyectos solidarios es el que lleva adelante Maximiliano Grossi con su local de comidas situado en 19 entre 518 y 519. La iniciativa consiste en armar viandas para familias que no tienen posibilidades de “parar la olla” todos los días, aunque también colabora con pañales y otros elementos de primera necesidad. “No acuestes a tus hijos sin comer. Pedime”, es la frase que elige Grossi para graficar su movida. “Ni lo levantes sin desayunar”, aclara.
En diálogo con este diario contó que la idea surgió “cuando pusimos la casa de comida y empezamos a notar enseguida la necesidad y el hambre que hay en la gente humilde, la gente sin trabajo”.
Según advierte este comerciante solidario “la necesidad” no sólo es una cuestión de pobres sino que “ya llegó a la clase media”. “Conozco gente que tenía auto y trabajo y que perdió la mayoría de las cosas. “Tienen hijos, perdieron el trabajo y se les complicó todo”, afirmó.
Para llevar adelante este gesto dijo que “lo que no se vende y no se friza, como ocurre en las panaderías, lo donamos”.
“A las viandas que nos sobran durante el día, le sumamos pan y factura”, sostuvo.
La movida cuenta además con una cadena de colaboración. “Cuando retiro alimentos en las panaderías, me dan para donar. También conozco gente que anda con las verduras. Les presté unas hectáreas de mi campo, saco verduras y las sumo a esta iniciativa. Entonces podemos entregar pan, facturas, tortas, verduras”, comentó.
Y agregó que “la necesidad no es solo hambre. También ayudo con pañales y otras cosas que hacen falta”.
“Arrancamos con quince familias y hoy están viniendo 35 familias.
Las donaciones se hacen desde las 19 hasta las 23. A veces vienen todas, a veces no, y otras veces vienen 40. Cada vez se suman más”, contó sobre la dinámica de la iniciativa.
“A medida que aumenta la gente, me aumentan a mí las complicaciones para seguir dando. Así que también se va buscando ayuda y la gente también dona mercadería, pañales. No traigan plata, porque con la plata no solucionás nada”, enfatizó.
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