Mercedes Oyuela de la Riestra
Edición Impresa | 27 de Abril de 2021 | 02:28

Integrante de una familia reconocida de la Ciudad, madre prolífera, mujer de profunda fe, y dueña de una gran fortaleza espiritual, que le sirvió no sólo para poder organizar un hogar numeroso sino también para enfrentar momentos difíciles, dejó un valioso legado entre los suyos Mercedes Magdalena Oyuela de la Riestra, quien falleció a los 92 años.
Había nacido en La Plata, el 24 de septiembre de 1928. Fue la segunda hija del matrimonio conformado por Jorge Oyuela de la Riestra y “Mechita” Mallo Huergo. Creció junto a sus hermanos Matilde, Delia y Jorge.
Cursó la educación formal en el Colegio Inmaculada, de donde egresó con el título de maestra normal nacional.
Se casó, muy joven, con el abogado Rafael Moreno Kiernan, con quien proyectó compartir una casa colmada de chicos. El matrimonio cumplió el sueño de la gran familia con la llegada de cada uno de los 12 hijos que concibió. La muerte de uno de ellos al apenas nacer la hizo vivir tempranamente la primera pérdida significativa en su vida.
Tenía una marcada vocación docente y ejerció la enseñanza primaria, con un notable esfuerzo, hasta que nació su séptimo hijo. Solía estar al frente de los 4º, 5º y 6º grados en la Escuela 37 de esta ciudad. También fue maestra durante un tiempo en una institución de Quilmes.
Fue una esposa y una madre atenta a las necesidades de la familia, pero para llevarla adelante, desplegó un temperamento vigoroso, al que también apeló, como se dijo, cuando se le presentaron circunstancias tan dolorosas como el fallecimiento de sus hijos Juan Martín y Jorge. Y es que supo establecer las reglas de tan nutrida convivencia como también transmitir la importancia del acuerdo, de la búsqueda de la armonía en los vínculos. Se destacó, en ese sentido, como una persona conciliadora.
Divertida hasta lo desopilante, siempre con algún tema de conversación, “La Gorda”, como la llamaban en su entorno, tuvo una intensa vida social. Hasta sus últimos años, por caso, cenaba con amigas periódicamente en un restaurante céntrico.
Profesó el catolicismo de manera activa, con asistencia a misa todas las semanas, e integró, incluso, junto a su marido, grupos parroquiales dedicados a fomentar los principios matrimoniales.
La trascendieron sus hijos Rafael, Mercedes, Pablo, María Belén, María Magdalena, Justina, José, Susana y María Marcela. Y 27 nietos y 6 bisnietos.
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