Alta tensión en la frontera entre España y Marruecos por los migrantes
Edición Impresa | 20 de Mayo de 2021 | 02:16

CEUTA, España
La frontera entre España y Marruecos en la ciudad española de Ceuta, en el norte de África, recuperó ayer algo de calma tras el cierre fronterizo por parte de la policía marroquí, aunque la crisis diplomática entre los dos países, la más grave en los últimos años, sigue sin resolverse.
De los 8.000 inmigrantes llegados por mar desde Marruecos en los últimos dos días, unos 5.600 fueron regresados a su país de origen. Igual, Ceuta afronta el reto de recibir a los que aún permanecen allí con el Ejército y las fuerzas de seguridad desplegados en la zona.
El primer ministro español, Pedro Sánchez, había dicho antes del cierre fronterizo que la crisis no era migratoria, sino “de otro tipo”, y fuentes de su Gobierno se habían referido a “un asalto” a las fronteras españolas.
Mientras tanto, muchos inmigrantes irregulares que permanecen en Ceuta duermen donde pueden y como máximo llevan una bolsa con comida que, aseguran, les han regalado.
“¡Viva España, no Mohamed!”, dicen a los periodistas sobre su deseo de trabajar en España y en rechazo al rey de Marruecos, Mohamed VI, del que aseguran que es “millonario”, mientras que miles de ciudadanos son pobres.
QUÉ ES CEUTA
La mayoría de los migrantes procedentes de Marruecos cruzan a nado esquivando los rompeolas fronterizos para llegar a Ceuta, una ciudad costera del norte de África que pertenece a España desde el siglo XVI. Al igual que Melilla, otra posesión española en la costa marroquí, Ceuta se ha convertido en las últimas décadas en un puerto de entrada a Europa para migrantes marroquíes y subsaharianos. El año pasado, 2.200 personas escalaron las cercas fronterizas de Ceuta y Melilla o cruzaron a nado desde Marruecos. Ceuta tiene 85.000 habitantes y está conectada a España continental por medio de transbordadores que cruzan el estrecho de Gibraltar.
Es habitual que pequeños números de migrantes logren cruzar la frontera, pero la magnitud de los cruces esta semana fue algo excepcional. Miles de personas pudieron llegar a la zona fronteriza sin que los detuvieran primero las autoridades marroquíes.
El martes, España envió tropas y vehículos blindados a la frontera, acorraló a migrantes en una playa y obligó a muchos a regresar a través de un portón en la cerca fronteriza. Un joven murió ahogado y decenas de personas sufrieron hipotermia, según la Cruz Roja.
RAZONES DE LA OLEADA
Marruecos casi no se ha pronunciado acerca de por qué mitigó los controles en la frontera para permitir semejante flujo. Muchos sospechan que es una represalia contra España por haber permitido que el líder de una milicia, Brahim Ghali, recibiera tratamiento en un hospital español. Ghali lidera el Frente Polisario, que lucha por la independencia del Sahara Occidental, una antigua colonia española anexada por Marruecos en la década de 1970.
La mayoría de los migrantes procedentes de Marruecos cruzan a nado hasta Ceuta
El mes pasado lo hospitalizaron en la ciudad española de Logroño y el gobierno marroquí, furioso, advirtió que el hecho tendría “consecuencias”. Algunos expertos dicen que el asunto trasciende a Ghali y que Rabat quiere que España reconozca la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental, tal como hizo EE UU durante la presidencia de Donald Trump.
Un acuerdo entre los dos países que data de 30 años permite a las autoridades españolas expulsar de inmediato a los adultos que cruzan de manera irregular. El martes, se veía a soldados españoles guiar a migrantes hacia un portón en la cerca fronteriza, en algunos casos apurándolos a porrazos. El gobierno español asegura que no ha expulsado a menores no acompañados, muchos de los cuales se encuentran en cuarentena en refugios regentados por la Cruz Roja.
CRISIS ENTRE PAÍSES
Los hechos en Ceuta han provocado la crisis más grave en las relaciones entre Madrid y Rabat desde 2002, cuando estalló una disputa territorial sobre una isla desierta frente a la costa marroquí. Es un desafío humanitario, diplomático y político para el gobierno español. Los temores ante la migración han impulsado el crecimiento de Vox, un partido de ultraderecha que llegó al Parlamento en 2019. Vox no tardó en atribuir la situación en Ceuta a la “inacción” del gobierno y su líder visitó la ciudad el martes.
Otros países de la Unión Europea (UE) vigilan estrechamente los sucesos en Ceuta. Desde la crisis de migración de 2015, el bloque ha tratado de reducir el flujo de migración irregular, en parte mediante acuerdos con los países de tránsito como Marruecos, Turquía y Libia, entre otros. (EFE y AP)
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